Muchos creen que la batería del auto dura por siempre: esto es lo que hay que hacer para que no se arruine

Aunque el vehículo permanezca guardado, es clave encenderlo regularmente para mantener la batería activa, evitar sulfatación y garantizar que el motor y los sistemas eléctricos sigan en buen estado.

14 de octubre, 2025 | 17.14

Muchos conductores desconocen que dejar el auto apagado por semanas o meses puede ser tan perjudicial como usarlo en exceso. La batería, uno de los componentes más sensibles del vehículo, necesita actividad constante para conservar su carga y su vida útil. Por eso, los especialistas recomiendan encender el motor al menos una vez por semana y dejarlo funcionar durante algunos minutos, preferentemente con una breve circulación.

La batería de un automóvil —ya sea de ácido-plomo o AGM— cumple un rol fundamental: suministra energía al sistema de arranque, a la electrónica y a los accesorios incluso cuando el auto está detenido. Sin embargo, con el paso de los días sin uso, comienza un proceso natural de descarga interna. Este fenómeno se acelera si hay consumos “fantasma”, como alarmas, relojes o centralitas electrónicas que permanecen encendidas.

Encender el vehículo periódicamente permite que el alternador recargue la batería, mantenga los líquidos en movimiento y evite la formación de sulfato en las placas internas, uno de los principales enemigos de su durabilidad. Si el auto permanece guardado, es recomendable dejarlo en neutro o punto muerto, sin el freno de mano activado, y darle marcha unos 10 a 15 minutos. En lo posible, hacer un pequeño recorrido ayuda a lubricar las partes móviles del motor y los frenos, y a mantener en óptimo estado las gomas de las cubiertas.

Cuando el vehículo se deja más de un mes sin encender, el riesgo de que la batería se descargue por completo aumenta significativamente. En esos casos, no solo se pierde energía: pueden producirse fallas en las computadoras electrónicas, daños en el sistema de inyección e incluso en el alternador al intentar recargar una batería totalmente agotada. Además, si la descarga es profunda y prolongada, la batería puede no volver a recuperar su capacidad total, obligando a reemplazarla antes de tiempo.

Otro punto a considerar es el clima. Las bajas temperaturas, tan frecuentes en invierno, afectan el rendimiento químico de la batería, reduciendo su capacidad de arranque. Por eso, en épocas frías conviene verificar el voltaje con mayor frecuencia y evitar dejar el vehículo a la intemperie durante largos períodos.

En resumen, la batería no solo se daña por el uso, sino también por la inactividad prolongada. Encender el auto semanalmente, realizar pequeños recorridos y controlar visualmente los bornes y cables son gestos simples que pueden ahorrar dinero y dolores de cabeza. Un vehículo bien mantenido, incluso sin uso diario, conserva su energía, protege su sistema eléctrico y asegura que esté listo para funcionar cuando más se lo necesite.

Mantener la batería viva es, en definitiva, mantener al auto con vida.