Que motos fabricaba el Grupo Simpa, dueño de la planta cerrada por la crisis causada por Javier Milei

El cierre de la planta de Campana deja un vacío en la industria de la moto. Las máquinas que allí se producían se destacaban por su ingeniería, sus motores de alta prestación y un diseño de vanguardia.

16 de septiembre, 2025 | 22.55

El cierre de la planta del Grupo Simpa en Campana, tras la crisis económica que golpea a la industria nacional bajo el gobierno de Javier Milei, no sólo significó la pérdida de 50 empleos directos: también marcó el fin de un polo productivo donde se ensamblaban algunas de las motocicletas más avanzadas del mercado local.

Mecánica de referencia mundial

En Campana se producían modelos de KTM, Husqvarna y CFMoto, tres marcas con perfiles distintos pero unidas por un denominador común: la innovación mecánica. Las motos KTM ensambladas localmente incluían versiones Duke y RC, caracterizadas por motores monocilíndricos de 373 cc y 44 CV, refrigeración líquida, inyección electrónica Bosch y caja de 6 marchas. Su relación peso-potencia era una de las mejores del segmento, gracias a un chasis tubular de acero al cromo-molibdeno que aportaba rigidez sin penalizar el peso.

En el caso de Husqvarna, se destacaban las Vitpilen 401 y Svartpilen 401, con la misma base mecánica de KTM pero adaptadas a un diseño neo-retro y urbano. Su mecánica incluía suspensión delantera invertida WP APEX de 43 mm y frenos ByBre con ABS Bosch de doble canal, una combinación que aseguraba prestaciones deportivas en ciudad y carretera.

Por su parte, CFMoto aportaba motos de mayor cilindrada, como la 650NK y la 650MT, equipadas con motores bicilíndricos en paralelo de 649 cc, 71 CV y un torque de 62 Nm. Estas unidades montaban inyección electrónica Bosch y doble árbol de levas a la cabeza (DOHC), ofreciendo una entrega de potencia progresiva y confiable.

Diseño y componentes de alta gama

El aspecto estético de estas motos estaba en línea con las tendencias internacionales. KTM apostaba por faros LED angulares, plásticos minimalistas y asientos divididos, reforzando su identidad “Ready to Race”. Husqvarna, en cambio, privilegiaba líneas limpias, tanques estilizados y ergonomía compacta, pensadas para un público joven urbano. CFMoto se ubicaba en un terreno más polivalente, con diseños robustos, carenados envolventes y mayor confort para el uso turístico.

Los componentes también marcaban la diferencia: suspensiones WP regulables, frenos con discos lobulados y pinzas de anclaje radial, ruedas de aleación liviana y tableros digitales TFT de última generación. Estos detalles colocaban a los modelos ensamblados en Campana en un nivel cercano al de sus pares importados de Europa o Asia.

El impacto del cierre

El esquema de ensamblaje en Campana seguía el formato IKD (In-Kit Disassembled): piezas y kits llegaban desde India, Austria o China, y en Argentina se completaba el proceso con ajustes, controles de calidad y algunos componentes locales. Aunque la integración nacional no superaba el 5 %, el valor agregado era significativo en mano de obra, logística y conocimiento técnico.

El cierre interrumpe esa cadena de producción y deja al mercado argentino más expuesto a la importación directa de unidades terminadas. Según especialistas, el riesgo es perder el know-how en montaje, calibración y control de calidad de motores de última generación.  Grupo Simpa trasladará parte de sus operaciones a Pilar, donde seguirá ensamblando marcas como Royal Enfield y Aprilia, pero la planta de Campana queda como un símbolo de las dificultades de sostener producción nacional en un contexto de apertura irrestricta.

El vacío que deja no es sólo laboral, sino también mecánico: motores de altas revoluciones, chasis livianos, suspensiones sofisticadas y diseños de vanguardia que durante más de una década dieron a los motociclistas argentinos acceso a tecnología de nivel mundial ahora volverán a depender exclusivamente de la importación.