Los líderes de la OTAN se reúnen este miércoles en La Haya para celebrar una cumbre hecha a medida para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mientras los aliados europeos esperan que la promesa de aumentar el gasto en defensa le haga disipar las dudas sobre su compromiso con la alianza.
Se espera que la cumbre apruebe un objetivo de gasto en defensa más elevado, del 5% del PIB, en respuesta a una exigencia de Trump y al temor de los europeos a que Rusia suponga una amenaza cada vez más directa para su seguridad tras la invasión de Ucrania en 2022.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, reconoció que no es fácil para los países encontrar el dinero para un gasto adicional en defensa, pero dijo que es vital hacerlo.
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"Existe una convicción absoluta entre mis compañeros en la mesa de que, dada esta amenaza de los rusos y la situación de seguridad internacional, no hay alternativa", declaró Rutte a la prensa el miércoles por la mañana.
Los responsables de la OTAN esperan que el conflicto entre Israel e Irán y el bombardeo estadounidense de instalaciones nucleares iraníes el fin de semana, no eclipse la reunión, organizada por Rutte en su ciudad natal.
Trump ha amenazado con no proteger a los miembros de la OTAN si no cumplen los objetivos de gasto y volvió a sembrar dudas sobre su compromiso de camino a la cumbre al evitar respaldar directamente la cláusula de defensa mutua del artículo 5 de la alianza.
En declaraciones a los periodistas a bordo del Air Force One, dijo que había "numerosas definiciones" de la cláusula. "Estoy comprometido a salvar vidas. Estoy comprometido con la vida y la seguridad. Y les daré una definición exacta cuando llegue", dijo.
El nuevo objetivo —que deberá alcanzarse en los próximos 10 años— supone un gran aumento respecto al actual del 2% del PIB, aunque se medirá de forma diferente. Supondría un gasto anual adicional de cientos de miles de millones de dólares.
Los países gastarían el 3,5% del PIB en defensa básica, como tropas y armamento, y el 1,5% en medidas más amplias relacionadas con la defensa, como ciberseguridad, protección de oleoductos y adaptación de carreteras y puentes para vehículos militares.
Todos los miembros de la OTAN han respaldado una declaración que consagra el objetivo, aunque España dijo que no necesita cumplirlo. Madrid afirma que puede cumplir sus compromisos militares con la OTAN gastando mucho menos, una opinión debatida por Rutte.
Sin embargo, Rutte aceptó un acuerdo diplomático ambiguo con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, como parte de sus intensos esfuerzos por otorgar una victoria diplomática a Trump y lograr que la cumbre transcurriera sin contratiempos.
INUSUAL VISIÓN DE LA DIPLOMACIA DE LA CUMBRE
Trump dio una inusual visión sobre estos esfuerzos el martes al publicar un mensaje privado en el que Rutte lo colmaba elogios hacia él y lo felicitaba por su "acción decisiva en Irán".
"Lograrás algo que NINGÚN presidente estadounidense ha podido conseguir en décadas", dijo Rutte a Trump.
"Europa va a pagar A LO GRANDE, como debe ser y será tu victoria."
Para satisfacer a Trump, Rutte también ha mantenido la cumbre y su declaración final breves y centradas en el compromiso de gasto.
Se espera que el texto cite a Rusia como amenaza y reafirme el apoyo de los aliados a Ucrania, pero sin insistir en esas cuestiones, dado que Trump ha adoptado una postura más conciliadora hacia Moscú y se ha mostrado menos favorable a Kiev que su predecesor, Joe Biden.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tuvo que conformarse con un asiento en la cena previa a la cumbre del martes por la noche, en lugar de un asiento en la reunión principal del miércoles, aunque Trump dijo que probablemente se reuniría con Zelenski por separado.
Zelenski y sus colaboradores han dicho que quieren hablar con Trump sobre la compra de armamento estadounidense, incluidos los sistemas de defensa antimisiles Patriot, y el aumento de la presión sobre Moscú mediante sanciones más duras.
El Kremlin acusó a la OTAN de estar en un camino de militarización desenfrenada y de presentar a Rusia como un "demonio del infierno" para justificar su gran aumento del gasto en defensa.
(Información adicional de Lili Bayer, Anthony Deutsch, Bart Meijer, Stephanie van den Berg y John Irish; edición en español de Paula Villalba)