El partido gobernante húngaro aplazó el debate y la votación parlamentarios sobre una ley de transparencia que regule los grupos financiados desde el extranjero, según dijo un alto cargo del partido, tras las protestas por considerar que parecía destinada a reprimir la disidencia política.
El 14 de mayo, el partido Fidesz del primer ministro Viktor Orban presentó al Parlamento un proyecto de ley para elaborar una lista de organizaciones que reciben financiación extranjera y restringirlas o incluso cerrarlas si se considera que amenazan la soberanía y la cultura de Hungría.
El proyecto de ley ha sido muy criticado por medios de comunicación húngaros, grupos de estudio y de defensa de los derechos cívicos. Se han producido protestas callejeras y decenas de editores de los principales medios europeos firmaron una petición el mes pasado pidiendo al gobierno nacionalista de Orban que deseche la legislación.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
En una carta publicada a primera hora del miércoles, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa pidió a los legisladores húngaros que rechazaran o modificaran el proyecto de ley, aludiendo a la preocupación por las violaciones de los derechos humanos.
"El grupo parlamentario (Fidesz) está de acuerdo en que deben usarse instrumentos jurídicos para proteger la soberanía. Sin embargo, hay un debate sobre cuáles deben ser", afirmó a index.hu el líder del partido parlamentario Fidesz, Máté Kocsis.
Dijo que se habían presentado tantas propuestas en relación con el proyecto de ley en las últimas semanas que es necesario aplazar el debate hasta la sesión del Parlamento en el otoño boreal.
"No se tomará ninguna decisión al respecto antes del verano. El Parlamento no lo votará", dijo Kocsis.
La votación estaba prevista inicialmente para mediados de junio y se esperaba su aprobación, ya que el Fidesz cuenta con mayoría.
Con información de Reuters