Migrantes disuadidos por las medidas restrictivas del presidente estadounidense, Donald Trump, en la frontera están regresando a sus países de origen mientras los cruces entre Estados Unidos y México siguen disminuyendo.
En la localidad hondureña Danlí, cerca de la frontera con Nicaragua, decenas de migrantes esperan que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de Naciones Unidas, los transporte de regreso a Venezuela y otros países.
Betzabeth Bencomo comentó que, tras renunciar a sus esperanzas de entrar a Estados Unidos y salir de México, pensó que tendría que cruzar de nuevo la selva sin ley que separa Colombia y Panamá para llegar a su natal Venezuela. Pero al llegar a Honduras, se enteró de que la OIM ofrecía vuelos de repatriación para los migrantes que deseaban regresar a casa.
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"Llevamos dos meses y medio esperando", dijo. "Dios mediante pronto ya vamos a volver".
Venessa Contreras, también venezolana, se siente más segura ahora que sabe que podrá volar a casa, aunque tenga que esperar. Comentó que el viaje de regreso se ha vuelto aún más peligroso desde que Panamá tomó medidas para bloquear partes de la selva, lo que ha obligado a algunos migrantes a viajar por mar en pequeñas embarcaciones que ocasionalmente zozobran en la ruta migratoria inversa.
El interés en el programa de retorno voluntario asistido de la OIM se ha disparado desde que comenzó la represión de Trump.
En enero y febrero, la agencia recibió 2,862 solicitudes para el programa, más del triple de las solicitudes registradas durante el mismo período del año pasado.
Con información de Reuters