El 15° Foro ABECEB fue un termómetro de las tensiones y expectativas que atraviesan al mundo en transformación. Bajo un clima de revisión global, los ex presidentes José María Aznar (España), Felipe Calderón (México), Eduardo Frei Ruiz (Chile) y Mauricio Macri (Argentina) coincidieron en que la región atraviesa un momento de definiciones cruciales: entre el fortalecimiento institucional, la amenaza del crimen organizado y la necesidad de recuperar la confianza internacional.
El análisis dejó en claro que el mapa geopolítico se está reescribiendo y que América Latina puede quedar relegada o asumir un nuevo protagonismo, según cómo administre sus crisis internas. Desde una mirada macro, la jornada mostró que la política —tanto local como internacional— está obligada a reinventarse en un contexto de aceleración tecnológica y pérdida de gobernanza multilateral.
El español José María Aznar puso el foco en Europa, pero trazó un paralelismo directo con la Argentina. Advirtió que “el modelo europeo se ha terminado: era energía barata de Rusia, comercio con China y seguridad con EE.UU.”, y reivindicó la relación transatlántica como clave para el futuro del bloque. Su mensaje sobre la Argentina fue contundente: “En las últimas elecciones los argentinos dijeron OK, firmamos el acuerdo. Ahora hay que cumplir el acuerdo y si no, el castillo se cae. Si lo cumplen, a Argentina le va a ir bien”.
Mientras que Felipe Calderón fue tajante al señalar la principal amenaza de la región: “La mayor amenaza de nuestros pueblos es el crimen organizado y tenemos que recomponer el Estado. Necesitamos Estados fuertes”. Su diagnóstico fue compartido por Eduardo Frei Ruiz, quien advirtió sobre “tres crisis” que golpean al continente: la política, la del crecimiento y la de la inseguridad ligada al narcotráfico.
Mauricio Macri, por su parte, habló de la “era de la revolución de las expectativas” y analizó: “Somos billonarios en información y billonarios en expectativas”. Allí, advirtió que esa dinámica “atacó a las democracias” al alimentar respuestas populistas. En clave local, defendió el apoyo del PRO al gobierno de Milei, pero alertó que “en esta era de la política fragmentada, ejercer liderazgos sin equipos se hace muy difícil”.
El 15º Foro ABECEB comenzó con un mensaje centrado en los cambios estructurales que atraviesa el escenario internacional y las oportunidades que se abren para los países emergentes. La apertura estuvo a cargo de Mariana Camino, CEO y presidenta de ABECEB, quien destacó que “el mundo está dibujando su nuevo mapa de poder global” y que incorporar la geopolítica como variable es clave para comprender la ecuación del crecimiento.
“Estamos viviendo hoy un cambio profundo que nos está mostrando que el mundo está dibujando su mapa de poder global. Para nosotros, plantear la geopolítica como variable es necesario para entender la ecuación de crecimiento global. La buena noticia, entre tanta disrupción, es que los países emergentes tenemos una gran oportunidad”, señaló Camino ante un auditorio de más de mil personas compuesto por CEOs, directivos de empresas multinacionales, regionales y locales, y líderes de opinión.
El primer panel del foro abordó el impacto de las tensiones geopolíticas y económicas sobre América Latina y Argentina, con la participación de los miembros del Hub Global de Negocios de ABECEB, un grupo de expertos internacionales, regionales y locales que busca anticipar tendencias y analizar el rumbo de la región en el nuevo contexto mundial.
El socio fundador de ABECEB y exministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, analizó cómo las transformaciones globales inciden en la competitividad y en la política industrial. “Estamos en proceso de pérdida de gobernanza de las grandes instituciones multilaterales, en especial lo estamos viendo en la OMC, que no logra consenso. Es parte de una disputa entre los grandes jugadores por ver quién establece las reglas de juego”, sostuvo, advirtiendo sobre la menor capacidad de gestión de los organismos internacionales.
El cierre del evento estuvo a cargo del canciller Pablo Quirno, quien colocó la credibilidad como eje de la política exterior. “Argentina tuvo décadas de pérdida de credibilidad. La credibilidad se gana con hechos, ya no con palabras”, subrayó. Reivindicó el superávit fiscal como símbolo de ese cambio y prometió “una cancillería abierta al sector privado y muy federal”.
Estados Unidos, Argentina y el nuevo tablero de poder
En uno de los paneles se abordó la mirada norteamericana sobre la geopolítica, con el aporte de Kate Kalutkiewicz, ejecutiva de McLarty Associates. La especialista marcó que el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca reconfigura las relaciones hemisféricas y que “Latinoamérica es clave para su visión de reorientar las cadenas de suministro”. En ese marco, subrayó un punto que resonó en el auditorio: “El presidente Trump considera al presidente Milei un aliado fundamental. Ve a Argentina como un país que puede proporcionar un acceso sustancial a la fuente de minerales y materias primas críticas”. La afirmación no solo describe una oportunidad económica, sino también una ventana de poder estratégico que ubica a la Argentina en el radar geopolítico de Washington.
Esa lectura confirma que la política exterior argentina, en un contexto global fragmentado, deberá equilibrar pragmatismo y coherencia. Las alianzas que se forjen —ya sea con Estados Unidos, Europa o los países del BRICS— podrían definir si la región logra consolidar un rol relevante o vuelve a su histórica condición periférica. La diplomacia económica, más que nunca, se convierte en un instrumento de supervivencia.
