El armado de la mesa política de la alianza La Libertad Avanza en Buenos Aires no se mostró demasiado ordenado. En un primer listado de participantes, aparecieron nueve nombres, nueve miembros para, desde su visión y experiencia, aportar a la construcción provincial y mejorar la performance en la elección de octubre. Pocas horas después, la grilla se extendió a diez personas e, instantes más tarde, a once. En las primeras dos versiones, no se mencionó el nombre de José Luis Espert pero, como la tercera es la vencida, el candidato violeta quedó dentro de la mesa que diseñará su propia campaña.
El primer borrador tenía los nombres de Karina Milei, Sebastián Pareja, Ritondo, Diego Santilli, Diego Valenzuela, Guillermo Montenegro, Ramón Lanús, Santiago Caputo y Maximiliano Bondarenko. El segundo la incorporó a Patricia Bullrich. En el tercero, `final final OK`, apareció Jimena Aristizabal, mano derecha de José Luis. Fue en un X que, menos de una hora después, terminó editado para sumar, ahora sí, al primer candidato por la provincia de Buenos Aires.
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Aristizabal es la mano derecha de Espert. Militó en la UceDé junto a Diego Spagnuolo, el ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad que denunció una enorme red de corrupción en las entrañas del propio gobierno, implicando directamente a los Menem y Karina Milei.
Una bella foto del 14 de diciembre de 2019 los muestra a Jimena y el abogado de Javier Milei en una celebración “con los chicos de la UceDé capital”. Ella es la rubia, él es el de remera rosa. En la imagen del tuit no aparece Espert, pero sí fue mencionado por Aristizabal en el texto de la publicación.
El análisis de la derrota
La primera reunión de la mesa política libertario macrista no dejó demasiadas conclusiones: hubo una subestimación del poderío del aparato peronista; no se logró movilizar al electorado propio; se perdió de vista la necesidad de explicarle a la gente el motivo de tanto esfuerzo. En ningún caso se planteó un cambio del rumbo económico. Sí se trató, sin embargo, la obligación de cambiar la dinámica territorial para octubre.
Como contó ayer El Destape, la falta de estrategia territorial y de una buena organización en la fiscalización fueron factores con los que convivió la campaña. El macrismo no solo quiere tener, ahora, mayor presencia en las decisiones de campaña sino mayor manejo del control de los votos en sus distritos.
En esta ocasión, LLA fue la que manejó los lugares y cantidad de fiscales de cada sector quedándose con la mayor parte. Las denuncias en las redes sociales sugieren que todo ese armado estuvo orientado a quedarse con dinero que le correspondía a los fiscales por trabajar toda la jornada. Pero, además, faltaron viandas. El trabajo en el llano dejó mucho que desear.
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Más allá de eso, a 48 horas de la elección, desde filas macristas volvieron a ratificar lo acertado de la alianza con La Libertad Avanza pese a la derrota con el peronismo. “No teníamos margen de maniobra”, dijo un dirigente que analizó que en soledad hubieran conseguido entre 5 y 8 puntos. “De ocho candidatos solo perdimos uno”, reflexionó. Se trata Matías Ranzini, actual presidente del bloque PRO en la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense, hombre de Cristian Ritondo. Salvo ese desliz de la cuarta sección electoral, “mal no nos fue”.
Esa idea, sumada a la pretensión de cierta parte del PRO de depurarse de los “progres” con los que tuvieron que convivir en Cambiemos, Juntos por el Cambio y el propio macrismo, abona a la teoría de que no fue un error sumarse al espacio libertario. Aunque octubre depare solo incertidumbres.