A 9 días del cierre de alianzas en la provincia de Buenos Aires, el PRO y La Libertad Avanza volvieron a encontrarse para acercar diferencias y encaminar el acuerdo. Los optimistas aseguran que las conversaciones están encauzadas, pero los pesimistas sostienen que la negociación no plantea buenas condiciones para los intendentes.
Sebastián Pareja, armador y presidente del partido libertario en Buenos Aires, cedió sus oficinas para el encuentro clave a una semana del día D. Allí arribaron enviados libertarios y macristas para abordar la situación y el ordenamiento en los distritos en los que no gobierna ninguno de los dos partidos ya que en los que sí están comandados por estas fuerzas – básicamente por el PRO - hay polémica.
El encuentro duró más de tres horas y los participantes acordaron reunirse nuevamente hacia finales de la semana. El mitin de este lunes fue, en definitiva, un eslabón más en una cadena de reuniones para llegar al entendimiento. El último, antes del de esta semana, había sido por zoom el viernes.
Las negociaciones están divididas en dos grupos reducidos. El de este lunes, que no tocó los municipios amarillos, los tuvo, por el lado del PRO, a Agustín Forcheri, diputado bonaerense y hombre de Diego Santilli; el senador provincial Alejandro Rabinovich, del alcalde Guillermo Montenegro; y Matías Ranzini, diputado de Buenos Aires por el lado de Cristian Ritondo.
A la hora de discutir los distritos comandados por el PRO, los encargados de sentarse a la mesa son esos tres negociadores amarillos y el propio Pareja. Allí es donde más conflictos se perciben, pese a que los optimistas confían en que se va a poder avanzar.
El macrismo está dividido en dos grandes grupos. Por un lado, los que quieren avanzar con el acuerdo a como dé lugar. Allí están los negociadores y los alcaldes más cercanos a ellos. Por el otro, los que perciben malos términos y condiciones. Desde el bando dialoguista, se los suele calificar como “jorgemacristas”.
Este sector quiere sostener la alianza de Juntos por el Cambio y promover un frente lo más amplio posible. De este modo, lapicera en mano de los alcaldes, los lugares para La Libertad Avanza serían contados y controlables. En caso de no tener más alternativa que un pacto uno a uno, PRO – LLA, no quieren entregar el 50% de la boleta.
La reunión de este lunes fue calificada como “excelente”, aunque todavía pareciera discutirse el mismo punto una y otra vez. Siguen con la intención de construir una hoja de ruta en común para ordenar cada distrito, pero con la boleta libertaria como base. Al menos esa es la intención del gobierno.
Ambos apuntan a fortalecer un frente sin perder identidad (lo que sería una mínima victoria simbólica para el PRO), y darle sustentabilidad política al gobierno desde la provincia con la articulación parlamentaria acordada la semana pasada.
Como publicó El Destape la semana pasada, para Mauricio Macri Buenos Aires es el único distrito con chances de acuerdo con La Libertad Avanza. Cerca estuvieron de conformar un mismo frente en Corrientes, pero los rumores no alcanzaron y no hubo forma de pactar para las elecciones ejecutivas.
Gustavo Valdés, gobernador de aquella provincia del litoral, tiene una buena relación con la Casa Rosada. De hecho, un hombre suyo, como lo es el mandatario del Chaco, Leandro Zdero, pudo sellar alianza con los violeta en su distrito. Pero en Corrientes no lograron ponerse de acuerdo.
Valdés decidió priorizar la alianza propia, aquella que lo llevó a la gobernación hace cuatro años con casi el 80% de los votos. En un acto realizado en el Comité Central de la UCR, 64 intendentes, 28 legisladores, referentes territoriales y dirigentes de 33 partidos firmaron un compromiso y ratificaron la alianza política. El mandatario prefirió sostener a sus aliados, en especial después de corroborar que el mileísmo tenía una idea de coalición distinta a la suya,
El frente incluye partidos como el PRO, la Coalición Cívica, la UCR, el MID, la UceDé, el Partido Liberal, el Partido Libertario, la UCR y Hacemos. Esta última fuerza es todo un dato. Por un lado, lo acercó a Carlos Espínola, senador nacional que coqueteó con La Libertad Avanza pero terminó de optar por Vamos Corrientes.
Espínola llegó por Hacemos, el partido de Juan Schiaretti. El cordobés se alió, en Buenos Aires, con Facundo Manes, diputado muy crítico de la gestión de Javier Milei con intenciones de construir una avenida del medio alejada del kirchnerismo y de LLA. Se espera que ese armado también tenga una pata porteña. El gesto de Valdés al incorporar esta mirada no es menor. Es el primer mensaje opositor fuerte contra la Casa Rosada.