“La inflación baja, pero los precios suben”. “Los precios suben más que la inflación”. Estas frases sin sentido para los economistas aparecen cada vez más en los estudios cualitativos de los consultores. Con matices, más del 70% las repite. La baja de la inflación dejó de ser un activo sólido del gobierno. Al menos comienza a relativizarse con otras frases. Sin embargo, Javier Milei basa la mayor parte de su estrategia económico-electoral en bajar la inflación, incluso en detrimento de los ingresos de los trabajadores y el consumo.
“Hay un desfase entre el discurso oficial y la vida cotidiana”, explicó Shila Vilker a El Destape. Y agregó: “la inflación dejó de ser un mono tema porque la plata no alcanza, aún sin inflación. El 74,5% de los encuestados estuvo de acuerdo con la frase “Los precios suben más que la inflación”.
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Luego de la fuerte caída de ingresos producto de la devaluación inicial, la baja de la inflación había derivado en cierta recuperación. Pero en diciembre el gobierno decidió pisar los salarios y jugarse todo a la baja de la inflación, sacrificando consumo y crecimiento.
Según datos de INDEC, los salarios privados registrados cayeron un 1% desde que asumió Milei y los públicos, un 15%. Pero estos guarismos que difunde el ente oficial están construidos en base a una canasta de bienes y servicios relevada en 2004. Existe una más actualizada realizada en 2016/17, que le da mayor relevancia al gasto en servicios públicos que hoy se lleva una parte importante de los ingresos, pero el gobierno se niega a utilizarla.
CEPA calculó la caída de ingresos en base a la canasta de bienes y servicios de 2016/2017 que el gobierno tiene congelada. Ahí, con los gastos de las familias actualizados, aparece una caída de los salarios privados del 10% y de los públicos del 23%. Un derrape que condenaría a la derrota a cualquier gobierno.
La caída real de ingresos de los jubilados con la canasta actualizada y tomando en cuenta el congelamiento del bono es del 24%. Con semejante pérdida de poder adquisitivo, el consumo masivo medido por la consultora Scentia está un 16% abajo de fines de 2023.
La venta de carne en marzo pasado fue 6,5% menor que la de noviembre de 2023, la de leche cayó un 8,5% y la de yerba un 12,5%. En todos los casos son los consumos más bajos de las ultimas décadas, menores a los de la crisis de 2001.
Aunque Milei grite que sacó de la pobreza a 10 millones de personas, la realidad es que la pobreza medida por el INDEC estaba en 38% en el último período totalmente a cargo de Alberto Fernández en el tercer trimestre de 2023 y fue del 38% a fines de 2024. Estos registros son con la canasta vieja. Si se utilizara la canasta de 2016/ 2017 la pobreza de Milei sería más alta que la del tramo final del mandato de Alberto.
Así, Milei marcha hacia las elecciones con más pobres y menor consumo que los que tenía el gobierno peronista en 2023 cuando perdió.
La decisión de apostar a la baja de la inflación en detrimento del crecimiento ya impactó en la caída del PBI de marzo del 1,8% y la estimación de abril de la consultora Equilibra da otro derrape del 0,8% respecto a marzo.
El gobierno decidió bajar la inflación con dos anclas: pisando el salario y el dólar. Uno golpea a los trabajadores, el otro al aparato productivo. Milei ya perdió 182 mil empleos registrados. La construcción esta 25% abajo de fines de 2023 y la industria, 6,5% abajo. Incluso las grandes empresas de alimentos vieron caer sus balances. Ledesma presentó pérdidas en el primer trimestre. Arcor vio caer sus ganancias en un 74% en el mismo período. Molinos Río de la Plata prevé despidos y rebajas salariales. La empresa sostuvo que fue por “la caída de ventas”.
El Gobierno se la juega a ganar con los electores de mayores ingresos. Según un informe de Guillermo Oliveto, el 30% más rico de la población incrementó sus gastos y el 70% restante no llega a fin de mes. Sus números se parecen mucho a la elección de la Ciudad de Buenos Aires, en la que Manuel Adorni ganó con un 30% de los votos, consiguió un excelente resultado en barrios como Puerto Madero, Recoleta y Palermo y perdió en los más humildes, como Villa Lugano, Soldati y Riachuelo.
Aun viendo los resultados en las barriadas de la capital y con la caída de la actividad de marzo y abril, el gobierno no se corre de la huella. Está firme en la decisión de no homologar aumentos salariales de más del 1% y no permitió que el Congreso mejore los ingresos de las jubilaciones.
La duda es si se está equivocando Milei en su estrategia de concentrarse en los que más tienen y perder el carácter multiclasista que lo llevó al poder o si con la fragmentación opositora puede ganar elecciones solamente con el 30% que le va bien.
Gustavo Córdoba ensaya una explicación que abona la estrategia mileísta: “Gran parte de los votos de Milei de 2021 se los sacó al peronismo en CABA y en la provincia de Buenos Aires. Muchos de esos electores no van a ir a votar. Se desilusionaron de Milei pero no vuelven al peronismo”. Y agrega: “Es muy fuerte el voto anti kirchnerista, algunos dicen ‘prefiero morirme de hambre que votarlos’. Por otro lado, cada vez que hay una pelea en el peronismo, la gente dice “aun no están listos para gobernar”.
En el mismo sentido, Vilker afirma: “Los pobres no tienen a quién votar. Se van de Milei, pero no encuentran a nadie. La gente quiere alguien que diga “No a Milei” de manera rotunda. “Decime que lo vas a frenar”. Pero no hay una voz lo suficientemente potente para convencerlos”
Otro tema a tomar en cuenta es la energía que pone el gobierno en dar la batalla cultural y en seguir al pie de la letra el libro “Los ingenieros del Caos”, de Giuliano Da Empoli. El ataque a los periodistas, la furia contra el progresismo, el discurso caótico parecen conectar con una parte de la juventud que viene golpeada hace tiempo y terminó de caer en la pandemia.
Vilker midió la provincia de Buenos Aires: el resultado de la muestra le da al gobierno 37 puntos si va solo. En ese caso el PRO mide 8 puntos. Pero si van juntos se pierde una parte de los votos macristas y suman 41 en total. El peronismo parte en 40. Es un empate y la consultora piensa que van a polarizar y terminar sumando cerca de 90 puntos entre ambos. Córdoba, por su parte, tiene a la alianza LLA-PRO en 40 y al peronismo en 38. Todo muy parejo.
Ambos concuerdan en que en octubre Milei hará una buena elección en todo el país, pero que su performance se basa, en parte, en los problemas de la oposición. El mayor activo de Milei está afuera de su fuerza. Los dirigentes del PRO, que ante la derrota corren a formar parte del ejército triunfante, lo ponen como el representante claro de la derecha. El caos con el que el peronismo está procesando el recambio generacional lo ayuda. En esa situación puede ganar en octubre a nivel nacional aún con menos de 40 puntos.
Pero es una apuesta arriesgada jugarse todo a la baja de la inflación en detrimento del consumo del conjunto. Si el peronismo bonaerense tiene el buen tino de dejar sus diferencias a un lado al menos por unos meses -escenario que hoy aparece en duda- y se concentra en mostrar las falencias de Milei, el gobierno se arriesga a que con las primeras encuestas que lo den perdiendo los mercados se asusten y se corran hasta que escampe. Así se complicaría también la estrategia de dólar quieto e inflación bajando, la principal carta electoral con la que cuenta y a la que apostó todo.