Entre los magros anuncios que ofreció la Casa Rosada luego de dos reuniones de gabinete en el lunes de la post paliza electoral en la provincia de Buenos Aires, el más trascendente fue que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió la instrucción de convocar a los gobernadores a una "mesa de diálogo federal". El domingo, resultó llamativo cómo gobernadores de distinto signo político saludaron el impactante triunfo de Axel Kicillof y reclamaron a la Casa Rosada un cambio de rumbo. El propio Axel le pidió públicamente al presidente Javier Milei una reunión, dijo que por cuarta vez. Sin embargo, algunos gobernadores ya adelantaron que no se sentarán a hablar de nuevo con Francos, que se cansó de prometerles y no cumplir. Si quieren a los jefes provinciales en la Casa Rosada antes de las elecciones, el Ejecutivo deberá atender los reclamos que vienen sosteniendo desde hace tiempo.
Francos tomó en las últimas semanas un rol más preponderante en un gobierno en crisis y Milei ahora suele elogiarlo en público. El jefe de Gabinete venía trabajando en la idea de retomar el vínculo con los gobernadores, que fueron claves para facilitarles votaciones en el Congreso durante el año pasado. Luego, ellos se sintieron defraudados por los incumplimientos y las características del gobierno libertario, que recortó fondos a diesta y siniestra y al mismo tiempo se desentendió de la obra pública, con consecuencias graves para el interior. El Gobierno perdió definitivamente el manejo del Congreso desde aquella reunión de los 23 gobernadores y el jefe de gobierno en la sede de la CFI en la que prepararon un proyecto para repartir el impuesto a los Combustibles y los ATN. Son sumas que el Ejecutivo recauda y no distribuye, computándolos a un superávit dibujado.
Desde ahí, cada sesión en Senadores y Diputados resultó un calvario para el Gobierno. Legisladores que solían acompañar al oficialismo pasaron a votar en contra. A eso contribuyó también la conformación de las listas, porque pocos mandatarios pudieron anudar las alianzas que imaginaron con La Libertad Avanza. Los pedidos de Karina Milei y Lule Menem para la mayoría resultaron inaceptables y clausuraron las negociaciones. Un caso notorio fue el del gobernador radical de Corrientes, Gustavo Valdés, quien luego ganó con su hermano la elección provincial, mientras que LLA quedó en un lejano cuarto puesto.
El dato político del domingo fue la aparición de los gobernadores saludando la gran victoria de Kicillof sobre Milei en Buenos Aires. Obviamente, en primera fila estuvieron los pertenecientes a Fuerza Patria como Ricardo Quintela o Gildo Insfrán, pero resultaron llamativos los mensajes de quienes no forman parte de la coalición como el cordobés Martín Llaryora, el correntino Gustavo Valdés, el santafesino Maximiliano Pullaro o el chubutense Ignacio Torres, todos pertenecientes al armado Provincias Unidas. Criticaron al Gobierno por falta de gestión y de una agenda federal y productiva. Por eso, en las reuniones de urgencia de la Casa Rosada de este lunes resolvieron que Francos convocara a una mesa de diálogo de federal, en un intento de volver a acercar a estos gobernadores alguna vez dialoguistas.
No parece fácil. Kicillof contó que entre los saludos que recibió este lunes hubo uno de Guillermo Francos y que le respondió con un pedido de reunión con Milei. La provincia de Buenos Aires acumula reclamos a Nación por más de 12 billones de pesos presentados en la Corte Suprema. Esa cifra incluye por deudas directas, obras públicas comprometidas no y programas nacionales discontinuados. Kicillof dijo que Francos no respondió a su pedido de reunión, igual que hizo en las anteriores oportunidades que se lo planteó.
Otro que salió crítico fue el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, quien adelantó su rechazo a la mesa federal porque "no me voy a sentar en una mesa a hablar con los mismos de siempre". La alusión, casi seguro, iba dirigida a Francos y al secretario del Interior, Lisandro Catalán, habituales interlocutores de los mandatarios provinciales, a quienes suelen -o solían- prometerles cosas que luego no cumplían. Sáenz relató que a él le fallaron tanto en lo económico, como en obras para la provincias, como en lo político, porque le pusieron candidatos de La Libertad Avanza que dicen las peores cosas de él. "Es muy difícil que los gobernadores acompañen cuando no hay reciprocidad", subrayó. Dijo que los funcionarios libertarios más que leones eran palomas de iglesia. "Porque cagan a los fieles", graficó.
Habrá que esperar porque la mesa de diálogo federal no tenía forma ni fecha todavía. A priori, a poco de una elección nacional en la que la mayoría de los gobernadores enfrentarán una lista violeta en sus distritos, no se ve muy posible a no ser que haya algún beneficio concreto para las provincias. Emilio Monzó, quien va como candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires del espacio Provincias Unidas, subrayó este lunes que "esa mesa es un chiste" y que no puede ser que a esta altura del partido el Gobierno no tenga un ministro del Interior que dialogue con los gobernadores.