Los gobernadores mantienen la tensión con la Rosada y se quejan del estado de las rutas

Gobernadores con ciertas afinidades con el oficialismo como Llaryora, Pullaro y Cornejo expresaron críticas a la Casa Rosada por su abandono de la obra pública, cuyas consecuencias padecen las provincias. Quedó descartado que este jueves puedan encontrarse con Guillermo Francos en la Sociedad Rural y reclaman una convocatoria formal a negociar por los fondos que Economía les retiene de manera ilegal. Ya preparan una nueva cumbre en CFI.

17 de julio, 2025 | 00.05

El supuesto contacto que se daría este jueves entre el Ejecutivo y los gobernadores en la inauguración de la Exposición Rural quedó descartado desde ambos lados. Obviamente, pueden cruzarse un saludo, pero no habrá ninguna conversación formal sobre los temas que los preocupan. Luego de la media sanción que obtuvieron en el Senado los dos proyectos de ley para distribuir entre las provincias los ATN y el impuesto a las combustibles, los mandatarios reclaman una convocatoria formal en la que sus demandas, que consideran más que razonables, tengan una respuesta oficial seria y no las que han recibido hasta ahora. En muestra de que el enojo persiste, gobernadores que supieron acompañar propuestas del oficialismo en el Congreso como el santafesino Maximiliano Pullaro y el cordobés Martín Llaryora, expresaron públicamente su reclamo por el abandono de las rutas nacionales. En tanto, el mendocino Alfredo Cornejo se refirió a la falta de obras en viviendas. Los gobernadores ya preparan una nueva cumbre en la CFI.

El titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, amigo del presidente Javier Milei, había buscado mostrarse como operador del encuentro entre la Rosada y los gobernadores. El fin de semana había deslizado que el evento que realizará este jueves en el predio ferial de Palermo en el primer día de actividades de la exposición reuniría al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con un grupo importante de mandatarios provinciales, conformando un marco propicio para que estudiaran líneas posibles de acuerdo. Pero Francos salió a adelantar un veto presidencial a los proyectos de leyes de los gobernadores, aún antes de que comience a tratarlos la Cámara de Diputados, como -sostuvo- todo lo que afecte el equilibrio fiscal. "No generán déficit porque son gastos que ya estaban", retrucó el radical Cornejo, tal vez uno de los gobernadores más afines al oficialismo.

Como sucede con otros del ex Juntos por el Cambio, el radical Pullaro por momentos parece muy cercano al Gobierno y, por otros, posicionado en la vereda de enfrente. El reclamo por el estado de las rutas nacionales que atraviesan Santa Fe viene de arrastre desde hace meses, pero el gobernador decidió dar una señal de descontento muy fuerte al colocar carteles rojos en las banquinas indicando el punto hasta el cual el estado del camino es responsabilidad de la provincia y desde el que le corresponde mantenerlo al Estado nacional. “Le pedí al ministro de Obras Públicas que ponga señalética en cuáles son rutas nacionales y cuáles son rutas provinciales porque me da vergüenza como gobernador que piensen los santafesinos o los que la transitan que de esas rutas me tengo que hacer cargo yo”, sostuvo Pullaro.

En la misma dirección se pronunció el gobierno de Córdoba que encabeza Martín Llaryora, quien desde hace un tiempo viene planteando sus diferencias con el Gobierno, en especial en lo referido a las políticas con el sector agropecuario. Justamente, el mal estado de las rutas repercute en la actividad del campo. Lo salió a marcar el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, quien suele hacer de vocero de gestión provincial. "Es evidente la ausencia del Estado nacional en el mantenimiento y reparación de las rutas nacionales en nuestra provincia. La situación es crítica y pone en riesgo la seguridad de los cordobeses. Frente a esa desidia, desde el Gobierno de Córdoba tomamos decisiones", sostuvo Calvo.

El caso del radical Cornejo es más complejo porque está muy cerca de cerrar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza. El gobernador mendocino unificó las elecciones provinciales con las nacionales de octubre y estaría cerca de conseguir cerrar una alianza, algo que únicamente su correligionario gobernador de Chaco, Leandro Zdero, pudo hacer. En cambio, días atrás, otro radical, el gobernador correntino Gustavo Valdés, tuvo que desistir porque desde el comando electoral que encabeza la hermana presidencial Karina Milei le pedían condiciones casi humillantes.

Desde su provincia, mientras sigue atentamente las negociaciones, Cornejo le retrucó a Francos respecto a las supuestas consecuencias de los proyectos de los gobernadores para las cuentas fiscales. "Combustibles y ATN no generan déficit porque son gastos que ya estaban. Los de ATN ya se recaudan, es el 10% de ganancia que se destina a la emergencia. Podrán haber criterios distintos, pero eso no genera déficit", subrayó el gobernador mendocino. El lunes próximo, justamente convocado por Francos, Cornejo participará de un nuevo encuentro del Consejo de Mayo en representación de los gobernadores.

El Ejecutivo consiguó una proeza al unir a los 23 gobernadores y el jefe de gobierno porteño en la firma de un proyecto común para distribuir automáticamente los fondos que les corresponden y Economía les retiene para forzar un superávit fiscal trucho. Luego de la media sanción por 56 votos a 1 en el Senado, el proyecto ingresó el martes pasado en Diputados. El bloque de Unión por la Patria quiere acelerar su tratamiento para aprovechar el envión de lo sucedido en la Cámara alta, en una jornada negra para el oficialismo. Pero el Gobierno tiene varios artilugios para retrasar el tratamiento todo lo posible. Por ejemplo, que el presidente de la Cámara, Martín Menem, lo gire a muchas comisiones, especialmente a aquellas que maneja La Libertad Avanza. Los presidentes no convocan a esas comisiones y obligan a los diputados a ir a sesión para votar el emplazamiento para que se reúnan. 

Por eso, entre otras cuestiones, los gobernadores ya comenzaron a cruzar mensajes para organizar una nueva reunión en la sede de CFI donde se vienen encontrando. Si acuerdan en avanzar, podrían llegar a reunir 200 diputados en la Cámara baja y forzar el tratamiento del proyecto sobre tablas, sin necesidad de que tenga dictamen de comisión. Significaría una nueva derrota política para un gobierno que insiste en su idea de no negociar, ni siquiera con los gobernadores que podría ir en una alianza electoral en octubre. Una lógica que por momentos se vuelve difícil de entender.