El PRO tiene dos objetivos inmediatos bien definidos para este domingo. Por un lado, asegurar el ingreso de sus dos candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires, un escenario probable según los números de campaña y cierta expectativa ya manifestada públicamente por los protagonistas. Por otro, consolidar la elección de los tres postulantes del espacio amarillo en la provincia de Buenos Aires y dejar al cuarto candidato en la posición más favorable ante posibles renuncias legislativas, en el marco del cambio de Gabinete anunciado por Javier Milei.
En la Ciudad, los rostros macristas son Fernando de Andreis y Antonela Giampieri, quienes en las últimas horas mostraron cierta relajación en redes sociales. La lista porteña, de tonalidad violeta y amarilla, maneja con confianza la idea de que la propuesta libertaria liderada por Alejandro Fargosi logró una mejora en los últimos días y ya no estaría tan distanciada de la oferta más competitiva, la encabezada por Patricia Bullrich.
En la provincia de Buenos Aires, los tres candidatos con renovación parlamentaria asegurada serían Diego Santilli, Alejandro Finocchiaro y Florencia de Sensi. En tanto, Javier Sánchez Wrba ascendió del puesto 19 al 17 tras la renuncia de José Luis Espert, quien debió apartarse por sus vínculos con Fred Machado, acusado de estafa, lavado de dinero y narcotráfico en Estados Unidos. El objetivo es mantener a Sánchez Wrba en la posición más expectante posible para garantizar su ingreso ante eventuales vacantes.
En términos generales, la meta del armado bonaerense —más allá de los nombres amarillos— es reducir al máximo la brecha con Fuerza Patria, partiendo de una desventaja de 14 puntos registrados en las elecciones de septiembre. Este acercamiento permitiría al PRO, y en particular a Santilli, atribuirse una remontada casi heroica y posicionarse de cara al 2027. También sería clave para que La Libertad Avanza pueda imaginar una victoria nacional ajustada.
Para la ministra de Seguridad, el objetivo consiste en superar los 40 puntos y mantenerse lo más cerca posible de los registros históricos del PRO en la Ciudad. A partir del 10 de diciembre, su misión será colaborar en la construcción de acuerdos políticos que permitan al gobierno nacional proyectarse hacia el 2027.
Del mismo modo que en la provincia, en la Ciudad Bullrich podría posicionarse de forma clara para las elecciones Ejecutivas. Tras la victoria de Manuel Adorni con apenas 30 puntos, la funcionaria espera alcanzar al menos una decena más, lo que la colocaría en un plano distinto. Los gestos positivos de Javier Milei hacia ella en Rosario, durante el cierre de campaña, reflejando la conformidad del Presidente con su candidatura.
Más allá de estos escenarios, existe la convicción de que el gobierno tendrá dificultades para lograr éxitos legislativos y de gestión sin una apertura libertaria. Aunque alcance su mejor resultado posible, La Libertad Avanza no contará con 129 diputados propios ni con dos tercios de los votos necesarios para aprobar leyes que requieran mayorías especiales, por lo que será indispensable practicar el diálogo. En el Senado quedará aún más lejos.
Tras los rechazos opositores de los últimos meses —tanto en sanciones de leyes como en bloqueos de decretos y caídas de vetos—, el gobierno ya tuvo suficientes demostraciones de la necesidad de articularse con otros sectores. Se confía en que avanzará en ese sentido, sin necesidad de ultimátum ni rupturas de alianzas.
El PRO tiene la intención de colaborar para que el “cambio” se consolide. Cristian Ritondo, presidente del partido en la provincia de Buenos Aires y uno de los interlocutores con la Casa Rosada, describió recientemente a su espacio en una entrevista. Destacó que Rodrigo de Loredo y Miguel Ángel Pichetto son dialoguistas, pero que el PRO es aliado de La Libertad Avanza: una diferencia nada sutil.
En este camino, el bloque del PRO en Diputados busca, a partir del 10 de diciembre, conformar un espacio que vote en bloque con el gobierno nacional. Tras meses de divisiones internas y rupturas en votaciones clave, los amarillos esperan homogeneizar posiciones con el recambio legislativo, especialmente porque la mayoría de los diputados disidentes no renovarán sus bancas.
Por ahora, no está prevista la creación de un interbloque con La Libertad Avanza, aunque podría ser un tema de debate en el futuro. Más allá de eso, la voluntad del PRO es continuar apoyando a Javier Milei sin condicionamientos ni especulaciones. Consideramos que esta es la última oportunidad del país para superar años de populismo.
Sin embargo, también advierten la necesidad de que el gobierno muestre mayor apertura y mejore su estrategia legislativa. Con los diputados de La Libertad Avanza no alcanza, tampoco sumando al PRO. Probablemente, ni siquiera para sostener los vetos, medidas que, dicho sea de paso, no implican por sí solas una transformación profunda.
Para avanzar en las reformas de segunda generación —como la tributaria, previsional y laboral—, el oficialismo necesitará 130 diputados. Por eso, no podrá avanzar sin el apoyo de los sectores dialoguistas. Y para lograrlo, será imprescindible construir consensos.
