48 años han pasado ya del inicio de la incansable lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, que las llevó a ser reconocidas en todo el mundo y a ser nominadas al Premio Nobel de la Paz en cinco ocasiones. Por eso, El Destape suma el ciclo #SoydeAbuelas con el objetivo de visibilizar su trabajo.
En esta oportunidad, hablamos con Miguel “Tano” Santucho, hermano del nieto 133 y parte de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, la histórica organización que desde hace casi medio siglo lucha por la recuperación de la identidad de los niños y niñas apropiados durante la última dictadura militar.
Santucho destacó, en diálogo con El Destape, el valor social y emocional de esa búsqueda incansable: "El gran aporte de Abuelas en nuestra historia social argentina es haber podido entramar una necesidad personal con necesidad colectiva".
Desde su rol dentro de la institución, Santucho reflexionó sobre el significado de ser parte de una organización que transformó el dolor en acción. “Hay un montón de motivos para acercarse: es por uno mismo, es por tus hijos, por la gente que querés y por los que te están buscando”, expresó.
Sus palabras resumen el espíritu que ha guiado a las Abuelas de Plaza de Mayo desde su fundación: la convicción de encontrar verdad y justicia.
La historia de Tano Santucho está atravesada por esa lucha colectiva y, al mismo tiempo, por la experiencia personal de haber recuperado a su hermano, el nieto 133, quien logró reencontrarse con su identidad gracias al trabajo incansable de las Abuelas.
Hoy, la organización continúa su trabajo con el mismo compromiso, adaptándose a los nuevos tiempos y apelando a la colaboración ciudadana.
"Yo le dije a mi hermano cuando lo vi por primera vez que él había encontrado dos familias, no una sola porque la forma en que nosotros buscamos es familiar", expresó Santucho.
Quién es el hermano de Tano Santucho y nieto recuperado
Daniel Santucho Navajas fue restituido el 26 de julio de 2023. El nieto 133 nació el 10 de enero de 1977 durante el cautiverio de su madre, Cristina Silvia Navajas, militante secuestrada el 13 de julio de 1976 en la ciudad de Buenos Aires.
En aquel momento, Cristina tenía dos meses de embarazo y se encontraba en un departamento familiar junto a su cuñada Manuela Santucho y una compañera de militancia, Alicia D’Ambra, también embarazada.
Las tres fueron secuestradas, mientras que en el lugar quedaron los hijos pequeños de ambas mujeres: Camilo y Miguel Santucho, y Diego Santucho.
Por los testimonios de sobrevivientes, se supo que Cristina estuvo detenida en los centros clandestinos Automotores Orletti, Proto Banco y el Pozo de Banfield, donde finalmente dio a luz a Daniel.
La posibilidad de Daniel de recuperar su verdadera identidad y reencontrarse con su familia, marca otro capítulo de reparación y justicia en la historia argentina.