La Justicia de Santa Fe condenó a Guillermo Nicolás Bravo, un pastor evangélico, por abuso sexual con acceso carnal calificado contra un joven mayor de edad que acudía a la Iglesia Tabernáculo de Adoración de la capital provincial, en la cual el acusado predicaba. El proceso judicial había comenzado el pasado viernes.
Si bien la fiscalía había pedido una pena de 13 años para el sacerdote acusado por los abusos perpetrados, el Tribunal de Justicia de la Provincia, liderado por Luis Octavio Silva, finalmente lo sentenció a una pena de 10 años de prisión efectiva.
"Dentro y fuera de la Iglesia": la denuncia por abuso sexual al pastor evangélico
Los hechos de abuso sexual denunciados tuvieron lugar entre 2018 y 2019, según relató la víctima -un joven mayor de edad y fiel seguidor de dicha religión- al hacer la denuncia ante la justicia. Al momento del juicio, que comenzó el pasado 12 de septiembre, la Fiscalía liderada por los fiscales Roberto Olcese y Vivian Galeano sostuvo que el pastor utilizó su rol de "guía espiritual" para aprovecharse del joven.
Además, según pudieron constatar los investigadores -algo que además quedó probado tras el juicio-, los abusos sucedieron tanto dentro como fuera de la Iglesia: el joven también fue abusado en la casa del pastor y en un hospital en el que estuvo internada la víctima, y donde el cura acudió a visitarlo.
Durante el juicio, por supuesto, los alegatos de los abogados de ambas partes fueron contrapuestos. La abogada del joven, Clara Vázquez, indicó que la persona damnificada tardó en realizar la denuncia porque tenía miedo de que no le creyeran. "Demoró cerca de tres años en denunciar porque decía que nadie le iba a creer por ser varón, mayor de edad y por ser grandote, como dice él”, expresó la abogada.
Según la abogada querellante, el joven se acercó a la Iglesia Tabernáculo de Adoración en busca de ayuda y, en ese marco, "fue manipulado, aislado y abusado sexualmente por el acusado, que se desempeñaba allí como pastor, el cual aprovechó la vulnerabilidad del joven para perpetrar el abuso".
En tanto, el abogado del ahora condenado, Raúl Sartori, solicitó al Tribunal que se absolviera a su defendido de la causa porque "la relación sexual había sido consentida por las dos partes". En este contexto, sostuvo que "no existió coacción o abuso de confianza" y por eso, debía ser absuelto de todos los cargos en su contra.
Mientras se espera que se den a conocer los fundamentos de la condena por parte del magistrado Silva, la fiscalía aseguró que se encuentra conforme con la pena que le dieron a Bravo. “Es cercana a los 13 años que habíamos solicitado en nuestros alegatos”, señalaron. Hasta el momento, el pastor estuvo en libertad cumpliendo una serie de medidas alternativas a la prisión preventiva.