Gastón Zárate saltó a la fama en 2007 cuando fue detenido por el crimen de Nora Dalmasso y cuya aprehensión derivó en una movilización conocida como “la marcha del perejil”. Ahora volvió a sentarse frente al fiscal Javier Di Santo pero esta vez acusado del homicidio de un hombre con el que había discutido durante un partido de fútbol en Río Cuarto y cuya pelea se extendió fuera del predio y, según testigos, donde también participaron los hijos de Zárate. En ese contexto, quienes vieron esa pelea detallaron ante los investigadores que el sospechoso fue hasta su auto, tomó un hierro y se lo incrustó en la cabeza a la víctima provocándole la muerte en el lugar.
La comparación y el recuerdo con el Caso Dalmasso no es casual. La propia madre de Zárate aseguró que esa etapa “lo marcó para siempre” y su nombre nunca se borró del expediente porque la sociedad lo recuerda aunque haya sido sobreseído y hasta fuera convocado luego como testigo en el juicio contra el viudo Marcelo Macarrón. Ese relato se asemeja al de la mamá de Rubén Acuña Ustarroz, la víctima, que aseguró que Zárate “es una persona violenta que todos los conocen porque siempre busca pelearse” sin importar el motivo.
Durante la audiencia indagatoria ante el fiscal Di Santo, Gastón Zárate decidió cambiar de estrategia y buscar mejorar su posición. Su primer paso fue negar todas las acusaciones y no continuar declarando hasta que no tome intervención su nuevo abogado. Allí presentó como defensor a José Melano que, como una nueva e inevitable comparación, fue su representante durante el Caso Dalmasso.
En la investigación, que el fiscal busca reconstruir, no está en claro si la víctima identificada como Ruben Acuña Ustarroz se peleó con Zárate o con algunos de sus hijos y luego derivó en un conflicto mayor. Es por eso que el hijo mayor de Zárate, de 17 años, quedó aprehendido a disposición de la Justicia de Menores de Córdoba. Fuentes judiciales destacaron a El Destape que la base de la causa está puesta en la declaración de los testigos que señalaron a Zárate y que esperan que se puedan reunir más detalles en las próximas semanas, mismo tiempo en que el nuevo defensor de Zárate podría avanzar con la lectura del expediente y se espera que el acusado preste declaración nuevamente tal cual aseguró que haría.
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Por su parte el nuevo abogado defensor, Gabriel Melano, también insistió en que a Zárate “le afectó en su vida personal” su paso por el caso Dalmasso y desde ese momento “no ha tenido una vida normal”. Además descartó que Zárate haya tenido problemas de salud cardíacos y aseguró que hace unos días fue llevado a la Clínica San Antonio de Padua por una crisis nerviosa producto de su situación ante la Justicia y planificó una posible declaración del acusado para las próximas semanas. Mientras tanto, la familia de Acuña Ustarroz reclama Justicia y que se conozca por qué una discusión por un partido de fútbol terminó en el brutal asesinato.