Cuatro hipótesis que se barajaron en el caso Dalmasso antes de llegar al nuevo sospechoso: los 19 años de incertidumbre

El caso Nora Dalmasso revela los enormes desafíos del sistema judicial argentino: acusaciones sin pruebas, teorías cruzadas por los prejuicios y casi dos décadas de incertidumbre.

19 de junio, 2025 | 11.35

A casi dos décadas del crimen de Nora Dalmasso, el caso volvió al centro de la escena luego de la identificación de un nuevo sospechoso a partir de una coincidencia genética con restos encontrados en el cuerpo de la víctima. El hombre señalado es Roberto Bárzola, un trabajador que realizaba tareas de pulido de pisos en la casa de la familia Macarrón.

Sin embargo, para llegar a este punto, la causa atravesó 19 años de teorías y errores judiciales. A continuación, un repaso por las cuatro hipótesis principales que se barajaron durante este largo camino de incertidumbre.

1. La hipótesis del sicario: el viudo como autor intelectual

Fue la primera y más sostenida por los fiscales: Marcelo Macarrón, el viudo, habría pagado a un sicario para matar a su esposa. El móvil no quedó claro, pero se mencionaron celos, peleas, intereses económicos e incluso vínculos con el poder político. El fiscal Luis Pizarro llegó a juicio con esta teoría, aunque sin pruebas concretas.

Marcelo Macarrón junto a Nora Dalmasso.

De hecho, el propio criminalista Raúl Torre advirtió que casi no existen condenas a instigadores sin que se identifique al autor material. Además, Macarrón estaba en Punta del Este la noche del crimen, mientras participaba de un torneo de golf, lo que hacía insostenible la idea de su participación directa. Incluso antes del juicio, descartaron la posibilidad de que hubiese viajado en un supuesto “vuelo fantasma”, como sostuvo otro fiscal.

Macarrón fue absuelto en 2022 y la hipótesis quedó desarmada.

2. El vecino obsesivo: "El Francés" Rohrer

La segunda hipótesis surgió con fuerza durante el juicio oral, cuando los propios hijos de la víctima, Facundo y Valentina Macarrón, apuntaron contra un adinerado vecino, Michel “El Francés” Rohrer, a quien describieron como obsesionado con su madre y con actitudes violentas.

Una íntima amiga de Nora, Margarita Riera, relató que Rohrer intentaba seducirla, le enviaba poemas a Dalmasso y que ella recibía bien los halagos, aunque el francés "tomaba mucho y se ponía loco". Incluso dijo que, luego de recibir un mensaje de su amante real, Guillermo Albarracín, Rohrer se habría puesto violento. En tanto, Riera también señaló que Facundo -hijo de Nora- le había contado que había visto besarse a su madre con el Rohrer y la testigo hasta elaboró su hipótesis detallada del crimen: “Nora pactó encontrarse con él, se vieron sabiendo que Marcelo no estaba, a esa hora entró un mensaje de Guillermo Albarracín (el único amante real y probado que tenía Nora), él se volvió loco y la mató”.

Rohrer afirmó que estaba en Buenos Aires aquella noche y presentó como testigo al administrador de un country. Si bien un playero de una estación en Río Cuarto declaró haberlo visto cargar nafta esa misma madrugada, luego se desdijo. Además, Rohrer se sometió a una prueba de ADN que no coincidió con los restos hallados en la escena del crimen.

3. El hijo de la víctima: una teoría escandalosa y sin sustento

En uno de los momentos más polémicos de la causa, el fiscal Javier Di Santo llegó a imputar al propio hijo de Nora, Facundo, en una teoría cargada de prejuicios por su orientación sexual. No había pruebas. La acusación estaba basada en supuestos celos, conflictos familiares y una interpretación sesgada del comportamiento del joven. La presión social y mediática generó un fuerte rechazo, y la imputación fue rápidamente descartada.

Este episodio fue uno de los más dolorosos para la familia y marcó un antecedente del uso irresponsable del aparato judicial, sin evidencias concretas.

Nora Dalmasso junto a su marido y sus hijos.

4. Empleados como posibles agresores

La cuarta hipótesis es la que finalmente volvió a tomar relevancia en 2025 con la identificación genética de Bárzola, quien trabajaba en la casa de los Macarrón durante una serie de remodelaciones. En 2006, el fiscal Di Santo había apuntado a los obreros de la obra, y detuvo al pintor Gastón Zárate, que terminó siendo el "perejil" del caso. Una movilización popular logró su liberación. Su ADN no coincidía y nunca se probó su implicación directa, aunque tenía antecedentes por violencia de género y vínculos con un celular de la víctima.

La teoría sostenía que el agresor sabía que Dalmasso estaba sola, accedió por el árbol que daba al primer piso, la sorprendió en la ducha, la violó y la mató. Esa secuencia fue ratificada por peritos forenses, criminalistas locales e incluso por el FBI.

La Justicia cordobesa anunció en 2022 que el ADN encontrado en el cinto de bata con el que se asfixió a Nora y en vellos de la zona íntima coincide con el perfil de Bárzola, un trabajador de entonces que nunca había sido investigado, pese a que la familia de la víctima lo había pedido en 2007.

Bárzola declaró ante la Fiscalía, pero no fue detenido porque la causa ya está prescripta. Aun así, su identificación podría representar el cierre simbólico y judicial del caso.