Ya no es un misterio cómo controlar la epidemia de VIH-sida: hay que expandir el tratamiento y disminuir la carga viral comunitaria. El quid de la cuestión, como ocurre con la mayoría de las enfermedades crónicas, es asegurar la adherencia, el principal talón de Aquiles del tratamiento. Una estrategia para mejorarla fue propuesta y probada desde hace más de 15 años en la Argentina, por la Fundacion Huésped: consiste en reducir la terapia tradicional de tres fármacos a dos. Además, esto permite disminuir efectos adversos y costos.
Ahora, en Kigali, Ruanda, en el marco de la 13° Conferencia en Ciencias del VIH, la reunión más grande e influyente del mundo sobre investigación del VIH y sus aplicaciones, que sesiona hasta el 17 de este mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de comunicar que incorporó la terapia doble como una opción recomendada para personas que ya tienen su carga viral indetectable en la actualización de sus guías de tratamiento para el VIH. Es un hito histórico en la respuesta al VIH, y un reconocimiento de la investigación iniciada y desarrollada en el país.
“Para entender esto, hay que contar un poco la historia –explica desde Ruanda el infectólogo Pedro Cahn, fundador y director científico de Huésped–. La terapia antirretroviral de alta eficacia (que es la que logró controlar la enfermedad) surgió en 1996 en Vancouver, cuando se presentaron los resultados de la combinación de tres drogas. Gracias a ella, logramos bajar la mortalidad y reducir la transmisión. Disponiendo de fármacos más modernos muy potentes, se nos ocurrió la posibilidad de ensayar el tratamiento con dos drogas en lugar de tres. Y resultó que pudimos demostrar su efectividad con diferentes combinaciones. La que está más en uso es dolutegravir con 3TC. Esto se fue incorporando en guías internacionales, pero faltaba la Organización Mundial de la Salud, que es un poquito más lenta para tomar este tipo de decisiones. Hoy podemos anunciar con mucha satisfacción que la terapia doble surgida en la Fundación es parte de las guías de la OMS. ¿Por qué es importante la terapia doble? Simplemente porque estamos hablando de un tratamiento de por vida y eso puede hacerse con tres sustancias químicas, como hasta ahora, o con dos. Entonces, ¿qué elegiría uno? Esa estrategia ya está beneficiando a mucha gente. Estamos muy contentos por esta noticia”.
De acuerdo con un comunicado de Huésped, la incorporación fue presentada en la sesión "Novedades en las directrices de la OMS: avances en prevención, testeo y tratamiento para lograr impacto y sostenibilidad" que contó con la presencia de Meg Doherty, directora del Departamento de VIH, Hepatitis e Infecciones de Transmisión Sexual de la OMS.
“Este reconocimiento internacional al trabajo científico que realizamos en Fundación Huésped resalta la capacidad de producción de conocimiento para transformar las políticas de salud pública y garantizar el acceso universal a tratamientos eficaces”, se enorgullece Cahn. La terapia doble, basada en una combinación de dos drogas (dolutegravir y lamivudina), surgió como una alternativa más simple y con menos efectos adversos en comparación con la tradicional de tres fármacos.
La estrategia doble se inició en la Argentina hace más de 10 años y se demostró con estudios como el Gardel, el Andes, el Paddle y, más recientemente, el Dolce, así como la participación en múltiples estudios impulsados por la industria farmacéutica, que demostraron eficacia en distintos escenarios clínicos, incluyendo personas con VIH avanzado y sin tratamiento previo.
Cahn ya había recibido aplausos hace siete años, en Amsterdam, cuando presentó en la 22º Conferencia Internacional de Sida (AIDS 2018) los resultados de los estudios Gemini I y II, que evaluaron el régimen de las dos drogas mencionadas, y demostraron que tiene una eficacia similar a la terapia usual de tres en pacientes que nunca recibieron tratamiento, independientemente de la carga viral que presenten cuando lo inician.
El estudio Gardel se hizo en 2009, luego vino el Andes (con darunavir/ritonavir, y lamivudina o 3TC) y los investigadores luego ensayaron esta estrategia con una droga diferente en el Paddle. Como todo eso salió bien, se decidió ensayarla en dos estudios paralelos idénticos que arrojaron como resultado no inferioridad de una estrategia de dos drogas en lugar de tres, sin emergencia de resistencia y con excelentes resultados, más allá de la carga viral de los pacientes. En los Gemini participaron centros de más de 25 países.
La idea de utilizar dos drogas en lugar de tres fue siempre mejorar la tolerabilidad y la conveniencia. En aquel momento, Cahn explicó que "Tener una sola pastilla o un solo envase o un solo frasco es fundamental. Porque si falta, falta todo, que es malo, pero mucho peor es que se haga un tratamiento incompleto, porque genera resistencia”.
Como el tratamiento contra el VIH es de por vida, si es posible exponer a los pacientes a dos drogas en vez de tres se reduce la toxicidad y se gana en adherencia. Lo único que faltaría para completar este enfoque terapéutico es que haya suficiente financiación como para cubrir las necesidades existentes en materia de tratamiento y que haya buenas campañas de prevención.