Poco antes de las 8 de la noche del martes, se conoció la detención de Matías Ozorio, el joven acusado de haber participado del triple femicidio de Morena, Brenda y Lara en Florencio Varela, que estaba señalado en la investigación como el ladero de “Pequeño J”, líder de una narcobanda con asiento en la Villa 1-11-14 y Zavaleta. Pocos minutos después, se confirmó además que ese joven -quien sería el autor intelectual de los crímenes- también había sido atrapado en otro procedimiento en Perú. De las detenciones, según anunciaron fuentes de la investigación, participaron la Policía Federal, la Bonaerense y miembros de distintas fuerzas policiales peruanas.
Durante la madrugada de ayer, la investigación había pasado por cuatro allanamientos en Capital Federal y el Conurbano bonaerense que dieron negativo y se esperaba que pasado el mediodía, cuando declararan los últimos detenidos en la causa, se pudiera avanzar con más detalles. Pero algo cambió poco antes de las indagatorias cuando se llevó adelante una reunión entre los fiscales y personal de las fuerzas que trabajaban en la búsqueda de Tony Janzen Valverde Victoriano, apodado “Pequeño J” y su mano derecha, Matías Ozorio. En ese encuentro, según detallaron fuentes cercanas a la investigación, se hizo saber que los buscados estaban cercados y que todo era cuestión de horas para que cayeran.
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La investigación había obtenido datos clave y esa información señalaba que tanto Valverde Victoriano como Ozorio habían logrado cruzar la frontera en el norte del país. Se movían por separado pero existía un punto de encuentro para las próximas horas. Así se conoció que “Pequeño J” tenía un celular y tres chips que iba cambiando y así se comunicaba con “sus protectores” en la zona de Trujillo, Perú, donde su padre fue un líder narco que fue asesinado y donde buscaba llegar para ocultarse.
Esa ruta de fuga inició en Buenos Aires, cruzando a Bolivia por un paso ilegal. Algunas fuentes incluso aseguran que algunos “viejos contactos” en Chile facilitaron los movimientos y de allí, llegó en colectivo hasta su país natal donde en algún punto dejó ese transporte para pasar a ser trasladado en un camión, escondido en la cucheta tras el conductor.
En ese camión, durante un operativo policial en la Autopista Panamericana Sur, fue identificado y detenido por las fuerzas. Estaba a poco más de una hora de viaje hasta el centro de Lima donde planeaba llegar para reunirse con Ozorio y seguir la fuga. Así, los investigadores de la División Antidrogas de Perú y el Jefe de Investigaciones Especiales de ese país le confirmaron a los contactos de la Policía Bonaerense que habían atrapado a “Pequeño J”; mientras el acusado de instigar el crimen era trasladado por la policía, se enteró que su ladero también estaba en manos de la Justicia.
Algunas horas antes de la caída de Tony Janzen Valverde Victoriano, la policía de Perú había apresado a Matías Agustín Ozorio. La detención había sido en la Plaza Parque Lima, donde Ozorio parecía estar en situación de calle. Allí, el funcionario policial que lo detuvo y lo identificó le hizo preguntas que, aunque deberán comprobarse en el expediente, explican cómo llegó a Perú. “Me trajeron engañados unos narcos mafiosos a los que le debía plata. Me escapé hace dos días”, contó Ozorio al policía mientras el operativo era filmado.
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Así se supo también que, según dijo el mismo Ozorio, había llegado a través de cruces ilegales “por la selva de Paraguay y después la selva peruana”. Pese a esta confesión, los investigadores buscan detalles para establecer la ruta que habría usado y cuando habrían iniciado los jóvenes la fuga ya que los movimientos que se investigan necesitan de una estrategia y un apoyo tanto económico como de colaboradores que aún no fueron determinados en la investigación. Además, los especialistas coinciden en que la fuga estaba establecida de antemano y por eso uno de los detenidos fue atrapado en Villazón, buscando la ruta que iban a utilizar “Pequeño J” y Ozorio.
Ahora, tras las detenciones, fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación aseguraron que ya se establecieron los contactos para avanzar en una rápida extradición para que los acusados de llevar adelante el brutal triple femicidio enfrenten a la Justicia Argentina. Mientras tanto, fuentes cercanas a la investigación aseguraron a El Destape que “es una gran noticia que se los haya detenido pero todavía queda mucho por investigar”, algo que también reclaman los familiares de las víctimas, que piden que todos los que planearon y ejecutaron los asesinatos paguen ante la Justicia para que de una vez por todas Morena, Brenda y Lara puedan descansar en Paz.
