El eterno debate sobre cómo se coloca el rollo de papel higiénico fue fuente de discusión en muchos hogares a lo largo de los años. ¿Con la hoja hacia arriba o hacia abajo? Este dilema, que parece insignificante pero que dividió opiniones en familia, tiene una respuesta que se remonta hasta 1891.
Seth Wheeler, un empresario neoyorquino, fue quien patentó el papel higiénico en ese año. Según el portal HuffPost, lo curioso es que recientemente un escritor, Owen Williams, compartió una imagen que aclaró el asunto de una vez por todas.
En esta ilustración se pudo ver claramente que la intención original para el uso del papel higiénico es claramente de una manera y no de otra. ¿Cuál es la manera correcta de colocar el papel higiénico? De acuerdo a Wheeler debe colocarse con la hoja hacia arriba. Esto pareció poner fin a la controversia que sigue vigente hasta hoy.
A pesar de la revelación, muchos siguen defendiendo su postura. Los partidarios de la hoja hacia abajo argumentan que es más estético, más higiénico y evita que el papel toque la pared. Mientras tanto, los defensores de la hoja hacia arriba insisten en que es más fácil de usar y da un acceso más rápido al papel.
Wheeler, el fundador de la Albany Perforated Wrapping Paper Company, no solo se ocupó de establecer la correcta orientación del rollo, sino que también hizo posibles los cuadrados perfectos para cortar el papel. De hecho, la idea del papel de "envoltura" perforado fue patentada por él en 1871, una innovación que facilitó la vida a millones.
Así, la controversia sobre la correcta colocación del rollo de papel higiénico parece tener un respaldo histórico. Sin embargo, la discusión continúa en redes sociales, donde usuarios defienden sus posturas con fervor. Al final, lo que importa es la comodidad de cada hogar y la satisfacción de sus miembros.
¿Cómo se inventó el papel higiénico y qué usaban antes?
Antes del papel higiénico, las civilizaciones usaban métodos curiosos: los romanos empleaban esponjas en palos compartidos, en la Edad Media se utilizaban trapos o heno, y en algunas culturas se preferían conchas marinas u hojas. La revolución llegó en 1857 cuando Joseph Gayetty comercializó el primer papel medicinal, pero fue Seth Wheeler quien en 1891 patentó el rollo perforado que conocemos hoy.
Su diseño no solo resolvió el problema del almacenamiento, sino que introdujo las perforaciones para un uso práctico. Curiosamente, su patente incluía un dibujo mostrando claramente que el papel debía colgarse "hacia afuera", aunque esta instrucción fue ignorada por generaciones. Desde entonces, este invento transformó un aspecto fundamental de la higiene personal, aunque el debate sobre su colocación sigue vigente más de un siglo después.