La isla que cambia de nacionalidad cada seis meses e inspiró una película

La Isla de los Faisanes, un pequeño territorio de solo 6820 m², es un caso único de soberanía compartida.

25 de mayo, 2025 | 18.24

España guarda un secreto fascinante: la Isla de los Faisanes, un islote que comparte con Francia y que se destaca por ser el territorio más pequeño del mundo bajo soberanía compartida. Esta curiosidad se localizó en el río Bidasoa, justo entre Irún, en el lado español, y Hendaya, en el lado francés. Durante años, este pequeño pedacito de tierra fue escenario de muchas disputas entre las dos naciones, lo que llevó a París y Madrid a tomar una decisión singular.

Desde el Tratado de Bayona en 1856, que definió las fronteras, ambos países se turnaron para administrar la isla. Cada seis meses, la soberanía cambió: Francia se quedó con ella del 1 de febrero al 31 de julio, mientras que España la tomó del 1 de agosto al 31 de enero. Este intercambio otorgó a la isla un estatus notable en la geografía mundial, siendo un lugar único en su tipo.

A pesar de su tamaño, solo 6820 m², la Isla de los Faisanes tien un peso histórico considerable. En 1659, fue el escenario de una conferencia de paz crucial cuando los representantes de Luis XIV y Felipe IV se reunieron allí para firmar el Tratado de los Pirineos, que buscó poner fin a las hostilidades entre ambos países en el marco de la Guerra de los Treinta Años. Sin embargo, el acuerdo no trajo la paz definitiva, y en los siglos siguientes continuaron los enfrentamientos, culminando en la Guerra de Independencia de España contra Napoleón en el siglo XIX.

La importancia de este islote se reafirmó a mediados del siglo XIX, cuando se acordó oficialmente su administración compartida. En 1901, se formalizó el convenio que estableció el actual ciclo de seis meses. Aunque la isla no es un destino turístico, su historia y su situación geográfica le otorgan un valor significativo. Sin embargo, su acceso es complicado y, de hecho, disminuyó casi a la mitad de su tamaño original por la erosión y el deshielo de los Pirineos.

Basada en hechos reales: ¿De qué se trata "La isla de los faisanes"?

Recientemente, se estrenó una película que puso de relieve esta singularidad y su contexto social, abordando una problemática real que golpea a esta frontera, que se transformó en uno de los puntos más transitados para quienes buscan llegar a Europa. El director de la "La isla de los faisanes", Asier Urbieta, relató que se enteró de un trágico suceso ocurrido en la zona: un hombre negro se ahorcó cerca del río Bidasoa. “Comencé a documentarme a través de la red de acogida de Irún. Me dijeron que no era un hecho aislado, que esa frontera había visto un aumento en el flujo de personas que llegaban de África con la esperanza de encontrar una vida mejor”, indicó.

El hombre que decidió poner fin a su vida intentó cruzar varias veces y, tras ser devuelto en cada ocasión durante tres años, ya no pudo soportarlo más. “Durante la preparación de la película, ocurrieron ahogos de seis personas en el río y otros más fueron arrollados por el tren. Me di cuenta de que debía contar esta historia”, comentó Urbieta.

La trama de la película gira en torno a Laila (interpretada por Jone Laspiur) y Sambou (Sambou Diaby), una pareja que trabaja en un taller donde fabrican ‘gigantes y cabezudos’ para las festividades. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando, al pasear cerca del río, se encontraron con dos inmigrantes en peligro de ahogarse. Laila logró rescatar a uno de ellos, pero Sambou, paralizado por el miedo, no pudo ayudar al otro, quien lamentablemente terminó desapareciendo.

A pesar de que Sambou se sintió integrado en la sociedad vasca, su trasfondo familiar lo conectó con la difícil realidad de muchos inmigrantes. "Soy hijo de inmigrantes que enfrentaron terribles calamidades para establecerse aquí. Siento que aún cargo con esa herencia de discriminación", confesó Sambou Diaby, quien compartió vivencias con su personaje, ya que él también nació de padres migrantes.

"La isla de los faisanes"; la película del director Asier Urbieta.

Por su parte, Jone Laspiur, aclamada por su interpretación en la película “Ane”, se destacó por dar vida a personajes fuertes y decididos. En este caso, su papel la convirtió en la impulsora que se enfrentó a las problemáticas que muchos prefirieron ignorar.

En cuanto a la película, Asier Urbieta la describió como una metáfora sobre las fronteras y la propiedad de la tierra. “Es tan poético como absurdo que dos países disputen un pequeño trozo de tierra. Queríamos reflexionar sobre el concepto de pertenencia y los derechos que se derivan de esta”, afirmó el director.