"Su novio era violento y manipulador": la familia de Matilda López denuncia que su caída fue un femicidio

Matilda López Sanzetenea, una joven boliviana de 18 años, murió tras caer de un balcón de un segundo piso. Su novio está detenido como único sospechoso. 

10 de noviembre, 2025 | 13.17

Matilda López Sanzetenea tenía 18 años. Era boliviana y viajó con a su novio a Buenos Aires para estudiar en la UBA. En la madrugada del domingo pasado, cayó del balcón de un segundo piso en un hostel de San Telmo, ubicado en Defensa 323. Horas después, murió en el Hospital Argerich a causa de los graves traumatismos que sufrió. Nahuel Castillo Corminola, su pareja de nacionalidad argentina, está detenido como único sospechoso.

Su entorno ya advertía señales de alarma: su novio la seguía hasta la facultad, le revisaba el celular, controlaba su dinero y la aislaba de sus amigas. Según testigos, la pareja había discutido poco antes de la caída. Cuando los vecinos escucharon el golpe, Matilda aún estaba con vida. Fue trasladada de urgencia y operada para intentar frenar una hemorragia cerebral, pero no sobrevivió.

La causa fue caratulada como homicidio simple, aunque su familia exige que se investigue como femicidio, al sostener que el cuerpo de la joven cayó “inerte” y que el acusado presentaba “heridas defensivas” en la espalda.

Una relación marcada por el control y la manipulación

Matilda y Nahuel se conocieron en Tarija, Bolivia, donde él había vivido gran parte de su vida. La relación comenzó allí, antes de que ambos se mudaran a Buenos Aires para estudiar. Al principio, Matilda se alojó en una residencia para mujeres, pero su entorno contó que el joven se quedaba allí de noche sin autorización. Luego convivió con compañeras, hasta que finalmente se mudó con él al edificio de San Telmo, donde ocurrió la tragedia.

Su familia asegura que durante meses la joven fue víctima de violencia psicológica y control económico. “Él le controlaba la cuenta bancaria aprovechando su condición de argentino y que mi hija estaba tramitando el DNI. Cuando se peleaban, él le cortaba el acceso a la plata que yo le mandaba desde Bolivia”, declaró su padre, Pablo López, en Mañanas Argentinas por C5N.

En diálogo con la prensa, el hombre describió a Castillo Corminola como “un experto manipulador”. La perseguía hasta la facultad, le controlaba el celular para saber si se hablaba con otros chicos. Cuando peleaban, él cortaba el acceso a la cuenta de banco que compartían. No la dejaba hablar con las amigas. Absolutas alarmas por todos lados. Hace dos semanas le dije: ‘Mati, por favor, tenés que terminar esa relación, porque si hoy te sigue hasta la facultad, mañana te voy a tener que ir a buscar a una morgue. Y no quiero".

El padre también relató que Matilda había logrado alejarse de su agresor por un tiempo, pero que retomaron el vínculo. “Hemos recibido audios de novias anteriores terribles, donde hay abuso sexual y el mismo tipo de control. Se aprovechó de la vulnerabilidad de mi hija. Si esto hubiera pasado en Bolivia, no se hubiera animado”.

El reclamo de justicia y la urgencia de mirar otras formas de violencia

Los padres y hermanos de Matilda reclaman una investigación exhaustiva y que el caso sea recaratulado como femicidio. Pero también piden que su historia sirva para visibilizar un tipo de violencia muchas veces invisibilizada: la del control psicológico y económico que puede escalar hasta el extremo.

“Tenemos que hacer conciencia. Ella estaba sola, lejos de su familia, y fue víctima de un manipulador. No queremos que otra familia pase por esto”, expresó su padre.

La historia de Matilda refleja un patrón que se repite: jóvenes que atraviesan vínculos abusivos marcados por el aislamiento, la dependencia económica y el miedo. Su muerte es un llamado urgente a reconocer y actuar frente a todas las formas de violencia machista antes de que sea demasiado tarde.