El cardenal italiano Angelo Becciu, condenado a 5 años y 6 meses de cárcel por corrupción y a quien el propio papa Francisco decidió retirarle sus privilegios, anunció que no participará del cónclave para elegir al nuevo Sumo Pontífice. Se trata del primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano.
"He decidido obedecer la voluntad del Papa Francisco, permaneciendo convencido de mi inocencia", indicó Becciu en su documento, según difundió el portal Vatican News. El cardenal anunció que tomó la decisión por "el bien de la Iglesia" y "para contribuir a la comunión y serenidad del Cónclave".
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"Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como contribuir a la comunión y serenidad del Cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del Papa Francisco de no entrar en el Cónclave permaneciendo convencido de mi inocencia", señaló el documento.
La decisión del cardenal se conoce tras la reunión en la que se oficializó que la fecha del cónclave en la que 134 religiosos elegirán al nuevo Papa será el próximo 7 de mayo. Fue en esa congregación que el secretario de Estado, Pietro Parolin, presentó documentos firmados por Francisco que confirmaban que Becciu, de 76 años, no tenía autorización para votar en la elección tras la inhabilitación perpetua para ejercer funciones en el Vaticano.
Según Becciu, el Sumo Pontífice lo había indultado y no había suspendido sus deberes de elegir un nuevo Papa, aunque ahora decidió renunciar. "El papa reconoció mis prerrogativas cardenalicias como intactas ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave ni petición de mi renuncia explícita por escrito", declaró este martes Becciu al diario 'Unione Sarda'.
Además del cardenal Becciu, el Vaticano informó que otros dos cardenales no estarán presentes en el Cónclave. "Dos electores no se presentaron por motivos de salud", dijo el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El polémico pasado del cardenal
El escándalo estalló al trascender la compra de un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea. El cardenal negó haber actuado mal, pero el tribunal penal del Vaticano lo condenó en diciembre de 2023 a cinco años y medio de prisión. Antes, en 2020, Francisco lo suspendió, despojándolo de los “derechos asociados al cardenalato” tras conocerse su implicación en irregularidades financieras.
Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu como las donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos. De esta manera, el italiano se transformó en el primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano.