Furor por el avión de la NASA para vuelos supersónicos

La NASA fabrica una aeronave que busca revolucionar los viajes aéreos con un vuelo más rápido que el sonido, ya que avanza en las pruebas necesarias y podría eliminar la prohibición de las navegaciones supersónicos sobre tierra.

16 de septiembre, 2025 | 20.33

La NASA está a punto de cambiar para siempre la forma en que viajamos por aire con el X-59, un avión supersónico diseñado para conectar Londres y Nueva York en apenas poco más de tres horas. Esta aeronave futurista, la joya de la misión Quesst, se encuentra en la etapa final de pruebas y promete superar la velocidad del sonido sin generar el molesto estruendo que caracteriza a los jets supersónicos tradicionales.

El secreto del X-59 radica en su diseño aerodinámico innovador: un cuerpo afilado y alas largas y delgadas que permiten dispersar las ondas de choque en pequeñas ondulaciones. Gracias a esta configuración, el avión produce un golpe sónico muy suave, comparable a un portazo de auto a la distancia, en lugar del fuerte ruido que suele escucharse en vuelos supersónicos. Este avance es clave para lograr que la aeronave pueda volar sobre tierra sin molestias sonoras.

Este desarrollo tecnológico tiene un objetivo claro y ambicioso: poner fin a la restricción vigente en Estados Unidos desde hace más de cinco décadas que prohíbe los vuelos supersónicos sobre territorio continental. En lugar de limitar la velocidad, el X-59 busca establecer un límite en el nivel sonoro, lo que abriría la puerta a nuevas rutas comerciales y una transformación en la aviación civil.

“Hemos realizado estudios y la percepción es más parecida a la de una puerta de auto cerrándose en la casa de un vecino”, explicó Lori Ozoroski, directora del proyecto, destacando la importancia de minimizar el impacto acústico para la aceptación pública de esta tecnología.

La puesta en funcionamiento del avión supersónico X-59 de la NASA entusiasma a todos los fanáticos de la velocidad.

Actualmente, el X-59 atraviesa estrictas revisiones de seguridad en la planta Air Force Plant 42, donde los ingenieros evalúan cada sistema con detalle. Una prueba fundamental se llevó a cabo el 18 de agosto en la base aérea de Palmdale, California, donde se trabajó con hidracina, un químico corrosivo que actúa como respaldo para reiniciar el motor en pleno vuelo, asegurando así la confiabilidad del avión.

Cuándo empieza a volar el poderoso avión de la NASA

En julio, el avión ya superó pruebas en tierra a baja velocidad, moviéndose por primera vez bajo su propia potencia. Según la NASA, “estas verificaciones garantizan la estabilidad y el control del avión en distintas condiciones, dando confianza a pilotos e ingenieros de que todo funciona como se espera”.

El vuelo inaugural será un circuito a baja altitud, a unos 386 km/h, diseñado para comprobar la integración de sistemas antes de avanzar a pruebas supersónicas que romperán la barrera del sonido. Desde la agencia remarcaron que “a medida que el X-59, único en su tipo, se acerca a su primer vuelo, el equipo planifica cada paso —desde el rodaje y el despegue hasta el crucero y el aterrizaje— guiados siempre por la seguridad”.

Con una longitud de 30,4 metros y una envergadura de 9 metros, este avión supersónico está proyectado para volar a unos 1.600 km/h, lo que reduciría el trayecto transatlántico a únicamente 3 horas y 44 minutos. Esto representa menos de la mitad del tiempo que demora un vuelo comercial convencional entre estas dos ciudades, que suele durar entre siete y ocho horas. Si las pruebas tienen éxito, el X-59 podría marcar el inicio de una nueva era en los viajes aéreos, acelerando las conexiones internacionales y transformando una de las rutas más transitadas del mundo en un trayecto ultrarrápido y silencioso.