Cuál es la curación milagrosa que le atribuyen al papa Francisco en Argentina

Curiosamente, y de acuerdo a un testimonio procedente de Buenos Aires, al papa Francisco le atribuyen un milagro.

05 de mayo, 2025 | 11.58

En Argentina, una historia profundamente humana ha comenzado a ser interpretada por muchos fieles como una señal milagrosa. El protagonista es el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, cuya vida sigue despertando devoción en su país natal. Entre los recuerdos de su infancia en el barrio de Flores, su fuerte vínculo con la fe y su paso por la Escuela Técnica, se destaca un episodio que sus excompañeros califican como "milagroso".

La anécdota fue contada por Alberto D’Arezzo, compañero de Bergoglio en la Escuela Química, quien vivió un momento dramático con su nieto, Tommy, internado en estado crítico. En un reencuentro con el entonces padre Jorge, D’Arezzo le pidió una oración por la salud del niño. Como gesto, Bergoglio le entregó una estampita de San Expedito para colocar junto a la cuna del pequeño. Horas más tarde, la salud de Tommy mejoró de manera inesperada y fulminante. Ni los médicos supieron explicar qué había ocurrido. Para D’Arezzo y muchos otros, no caben dudas: fue un milagro.

Este relato se suma a una larga tradición argentina que vincula la espiritualidad con la figura del papa Francisco. No es solo su rol como líder de la Iglesia Católica, sino también su vida profundamente arraigada a valores familiares, como los que heredó de su abuela Rosa. Ella no solo fue su guía espiritual en la infancia, sino también su ejemplo de fortaleza.

El propio Papa ha dicho que lleva el testamento de su abuela en su breviario y lo considera una oración. Este fuerte componente familiar, sumado a su actitud humilde ante episodios como la recuperación de Tommy —donde él mismo aclaró “yo no hice nada”—, alimentan entre sus seguidores la creencia de que Francisco es un canal de gracia.

Papa Francisco.

La huella de Rosa, la abuela del papa Francisco, y el legado de la fe

La figura de la “nonna” Rosa Bergoglio atravesó la vida y la fe del Papa. Fue ella quien le enseñó a rezar y quien, según sus palabras, “sufrió mucho, incluso moralmente, pero siempre siguió adelante con coraje”. Dirigente de la Acción Católica en su pueblo natal de Portacomaro, en Italia, Rosa tuvo que emigrar con su familia a la Argentina en 1929, en pleno auge del fascismo en el país. Su influencia marcó al pequeño Jorge, que incluso de niño defendía la igualdad con sus hermanos, como cuando rechazó un par de zapatos nuevos si no había uno igual para Oscar, su hermano menor.