Deseaba ser ciega y lo logró con ayuda de su psicóloga: qué es el trastorno de Identidad de la Integridad Corporal, según expertos

La mujer hoy tiene 40 años y se quedó ciega a las 21. De qué se trata el Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal que padece. 

05 de septiembre, 2025 | 19.12

La historia de Jewel Shuping, oriunda de Carolina del Norte, Estados Unidos, es por demás controversial. La mujer, que actualmente tiene más de 40 años, vive desde hace casi dos décadas sin visión, pero no como resultado de un accidente o una enfermedad, sino por decisión propia y con la intervención directa de su psicóloga. Además, posee un trastorno mental muy poco conocido en el que existe una discrepancia entre la imagen mental del cuerpo y el cuerpo físico real.

Jewel Schuping, la mujer con Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal, que se hizo ciega por decisión propia

Parece sacado del guión de una película, pero no lo es. Schuping tiene, desde niña, el Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal. Esta condición rara hace que las personas sientan que una parte de su cuerpo o una capacidad física no corresponde con su identidad, lo que las lleva a desear amputaciones o la pérdida de un sentido. En el caso de Jewel, ese deseo fue siempre el de ser ciega.

Según especialistas, los individuos que lo padecen pueden recurrir a acciones extremas para alcanzar esa “coherencia interna”: desde provocarse lesiones hasta exponerse a accidentes.

Por ejemplo, en su infancia, Jewel usaba gafas oscuras, practicaba caminar en la oscuridad y jugaba con un bastón. A los seis años intentó dañarse los ojos mirando al sol y, más tarde, aprendió a leer en braille.

El rol de la psicóloga

Lo más preocupante viene a continuación. En 2006, a sus 21 años, de acuerdo a su propio testimonio, la psicóloga le aplicó anestésicos y luego limpiador de desagües en sus ojos. El daño fue irreversible: en seis meses, perdió por completo la visión.

Jewel aseguró que esta decisión le costó el vínculo con su familia, ya que desde hace años no habla con ellos. Sin embargo, aseguró también que no se arrepiente de nada de lo que pasó, aunque sí aclaró que no se lo recomienda a otras personas: “No te quedes ciego como yo. Quizás algún día haya un tratamiento para el BIID”.