Una profesora de yoga reveló los beneficios de hacer la disciplina en una silla: "Es ir al movimiento consciente"

Los beneficios terapéuticos a la hora de hacer yoga en una silla como enfoque integral.

27 de agosto, 2025 | 14.33

El yoga en silla es una adaptación ingeniosa del yoga tradicional, pensada para practicarse sentado o utilizando una silla como soporte. Esta modalidad permite activar los músculos y mantener el equilibrio, convirtiéndose en un ejercicio completo incluso sin abandonar la posición sentada que mejora la salud física, emocional y energética de acuerdo a la explicación de profesoras de esta disciplina.

Esta variante forma parte del yoga terapéutico, desarrollado para responder a la necesidad de personas con movilidad reducida, especialmente adultos mayores, o de aquellas para quienes trabajar en el suelo resulta dificultoso. Como explicó Karen Elizaga, profesora de yoga integral y terapéutico, "el objetivo es ayudar a liberar tensiones, mejorar la circulación energética y sanguínea y, sobre todo, enseñar a usar la herramienta más importante con la que contamos, que es la respiración. Esta práctica nos ayuda a relajar el estrés y la ansiedad”.

Por su parte, Silvana Pérez Vieyto, del Centro Argentino de Yoga Miriam Vieyto, destacó que “no se trata solo de realizar las posturas adaptadas a la silla, sino también de hacer ejercicios de coordinación, respiración y, por supuesto, relajación. Además, utilizamos diferentes elementos, como pelotas, ladrillos de goma, almohadones y bandas” . Estos recursos empoderan la experiencia práctica, haciendo más accesible y efectiva la disciplina.

En esta modalidad, no se requieren posturas exigentes: cada movimiento se adapta a las condiciones físicas de los participantes, priorizando los beneficios y la movilidad por sobre la perfección técnica. “Practicar yoga es ir al movimiento consciente, al control de tu respiración, aprendiendo a usarla como una herramienta para el manejo de tus emociones”, añadió Pérez Vieyto, quien también resaltó la tonificación muscular, elongación, el trabajo del equilibrio y la estabilidad como aportes clave.

Una clave para su efectividad es la elección adecuada de la silla. Según la instructora, “no utilizan las sillas convencionales, sino unas sillas plásticas reforzadas, con apoyabrazos. Debe tener respaldo de apoyo, al cual le ponemos un almohadón para facilitar que la espalda esté erguida, y el apoyabrazos es fundamental para la estabilidad”. De esta manera, se garantiza comodidad y seguridad, fundamentales en una propuesta terapéutica como esta.

Cuándo surgió la disciplina del yoga

Aunque hoy gana popularidad, el yoga en silla surgió en 1982 gracias a la estadounidense Lakshmi Voelker, instructora certificada de yoga Kripalu, quien desarrolló esta modalidad como una forma adaptativa accesible para muchos. Su enfoque integral, que combina respiración, movimiento y relajación, lo convierte en una herramienta valiosa para cuidar el cuerpo y la mente desde una postura inclusiva.