Aunque muchas personas no lo sepan, cargar el celular en ciertos lugares puede ser sumamente riesgoso. Por ejemplo, apoyar el teléfono sobre almohadas, sofás, mantas o superficies blandas dificulta la correcta disipación del calor. Esto provoca que el dispositivo se sobrecaliente con mayor facilidad, incrementando el riesgo de incendio.
Tampoco es recomendable dejar el celular cargando entre prendas, papeles, libros o cualquier objeto inflamable, ya que, si la temperatura sube demasiado, estos materiales pueden encenderse con rapidez. En definitiva, el descuido en la elección del lugar y las condiciones de carga puede afectar tanto la vida útil del teléfono como la seguridad de tu hogar.
Cómo cargar con seguridad
Para prevenir estos riesgos, prestá atención a estas recomendaciones:
-
Usá superficies duras, planas y ventiladas como mesas de madera, escritorio o superficies de mármol o cerámica. Evitá textiles o materiales que retienen calor.
-
Siempre elegí cargadores originales o certificados. Los genéricos pueden tener componentes de baja calidad, lo que aumenta la probabilidad de fallos eléctricos.
-
No uses ni apoyes el teléfono justo después de momentos en que trabajó mucho, por ejemplo tras correr o tras uso intensivo, sin dejarlo enfriar primero.
-
Revisá periódicamente el cargador y el cable: si están pelados, doblados, con señales de desgaste o produciendo calor excesivo, reemplazalos.
-
Intentá no cargar el celular mientras dormís o dejalo enchufado más tiempo de lo necesario. Si podés, desconectalo luego de alcanzar la carga completa o utilizá un temporizador.
Cuidar cómo y dónde cargás tu celular parece algo básico, pero hace una gran diferencia. Evitá superficies inflamables, calor excesivo y cargadores dudosos para proteger tu seguridad, tu teléfono y tu casa.
¿Qué pasa si cargás el celular en lugares peligrosos?
Cargar el celular en superficies inadecuadas no solo pone en riesgo tu dispositivo, sino que puede desencadenar accidentes graves en el hogar. El sobrecalentamiento constante deteriora la batería, acorta su vida útil y puede provocar fallas irreversibles. Además, cuando el calor no puede disiparse, aumenta la posibilidad de incendios o cortocircuitos.
A largo plazo, estos malos hábitos afectan el rendimiento del teléfono: una batería expuesta repetidamente al calor pierde capacidad de carga y puede hincharse, volviéndose peligrosa incluso fuera de uso. Por eso, elegir correctamente dónde y cómo cargás tu celular no es solo una cuestión de cuidado personal, sino también de seguridad para vos, tu casa y tu entorno.