Fuentes cercanas al mercado tecnológico afirman que EA (Electronic Arts) está en conversaciones con grupos inversores para concretar una compra total. La propuesta, que rondaría los USD 55 mil millones, implicaría que EA deje de cotizar en bolsa y opere bajo un nuevo esquema de control privado. Los actores detrás del posible acuerdo serían el fondo de inversión saudí PIF, la firma Silver Lake y Affinity Partners, encabezada por Jared Kushner.
El hecho de que estos inversores ya posean participación en EA convierte la operación en algo más estructural que una simple oferta hostil. El plan sería que EA continúe operando bajo la presidencia actual, pero con una estructura menos sujeta a presiones bursátiles y mayor margen para enfoques a largo plazo.
Qué implicaría para la industria del gaming
Cambiar de un modelo público a uno privado puede liberar a EA de la obligación de mostrar resultados trimestrales. Eso podría traducirse en mayor enfoque en grandes proyectos, riesgos creativos mayores y extensiones de soporte para franquicias importantes, más allá de lo estrictamente rentable. Pero también podría venir con ajustes internos: reducción de costos operativos, enfoque en las IP más rentables y reestructuración de estudios menos exitosos.
Para desarrolladores, esto puede significar oportunidades si las nuevas restricciones son menos rígidas, o incertidumbre si los cambios vienen con recortes. Las relaciones con socios, licencias deportivas y acuerdos comerciales podrían reconfigurarse conforme los nuevos dueños marquen el camino.
Plazos estimados y pasos pendientes
El acuerdo aún no es definitivo. Muchos detalles están sujetos a la aprobación regulatoria en Estados Unidos y posibles objeciones de accionistas minoritarios. Se espera que todas las piezas del trato estén listas entre 2026 y 2027 si todo avanza según lo previsto.
Mientras tanto, EA continúa sus operaciones y mantiene la hoja de ruta para lanzamientos futuros. Pero a medida que se confirme la operación, los mercados y la comunidad gamer quedarán atentos al impacto real en franquicias como Battlefield, The Sims, EA Sports FC o Star Wars.
El anuncio de esta posible venta representa un momento decisivo para EA y para la industria del videojuego. Esto cambiará quién controla la empresa y cómo ésta decidirá invertir, innovar y gestionar sus grandes universos digitales.