El uso de billeteras virtuales entre adolescentes creció enormemente en los últimos años. Plataformas como Mercado Pago, Ualá o Naranja X se convirtieron en herramientas cotidianas para comprar online, pagar en locales o hasta recargar videojuegos. Pero con esa comodidad también llega una preocupación común entre padres: cómo controlar los gastos y enseñarles a los chicos a administrar su dinero digital.
Si bien las billeteras virtuales ofrecen seguridad y practicidad, los menores pueden usarlas sin plena conciencia del valor real del dinero. Por eso, establecer límites y acompañar su uso es clave para evitar sorpresas a fin de mes.
Cinco consejos prácticos para controlar gastos en billeteras virtuales
Creá una cuenta supervisada o compartida
Algunas aplicaciones permiten vincular una cuenta secundaria a la del padre o madre. Esto facilita seguir cada movimiento en tiempo real y establecer límites de gasto. Si la app que usan no lo permite, se puede configurar una tarjeta prepaga a nombre del adulto.
Definí un presupuesto semanal o mensual
Pactar un monto fijo de recarga es una excelente forma de enseñar responsabilidad. Si el dinero se acaba antes de tiempo, no se repone automáticamente: eso ayuda a los chicos a pensar mejor cada compra.
Activá las notificaciones de gasto
Las billeteras virtuales suelen enviar alertas por cada pago o transferencia. Activarlas te permite saber al instante cuándo, dónde y cuánto gastan. Es una herramienta simple, pero muy efectiva para el seguimiento cotidiano.
Hablá sobre educación financiera digital
No se trata solo de controlar, sino de enseñar. Explicales cómo funciona una billetera virtual, qué riesgos hay al compartir datos y por qué conviene ahorrar una parte de lo que reciben.
Usá herramientas de control parental y seguridad
Además de las opciones propias de cada billetera, podés usar aplicaciones de control parental que limitan el acceso a ciertas funciones o monitorean el tiempo de uso. También es importante reforzar la seguridad: contraseñas fuertes y nunca compartir el PIN.
Controlar los gastos digitales no tiene por qué ser un conflicto. La clave está en acompañar, educar y establecer límites claros, para que las billeteras virtuales sean una oportunidad de aprendizaje y no una fuente de preocupación.