Distintos recovecos del baño suelen acumular sarro a lo largo del tiempo debido a la presencia de diferentes sales minerales que hay que en agua en algunas zonas. Si bien no se trata de algo tóxico, sí es algo que da aspecto de suciedad y abandono si no se toman medidas para sacar al sarro de los azulejos y las canillas.
Además de afectar la apariencia de las superficies, puede generar problemas de higiene y deterioro. El sarro se forma por la acumulación de minerales como el calcio y magnesio, que se adhieren a canillas, azulejos y distintos artículos de baño, creando manchas blancas o amarillentas difíciles de quitar.
Si no se limpia a tiempo, esta capa puede favorecer al crecimiento de bacterias y hongos, además de corroer los materiales con el tiempo y reducir la vida útil de los artefactos. Mantener el baño libre de sarro garantiza un ambiente más limpio, seguro y agradable.
Trucos caseros para sacar al sarro del baño
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Vinagre caliente: calentar vinagre blanco (sin hervir) y aplicarlo directamente sobre el sarro con un trapo o esponja. Dejar actuar unos minutos para que afloje la capa blanca y luego frotar para retirarla con facilidad.
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Bicarbonato con vinagre: espolvorear bicarbonato de sodio en la zona afectada y rociar vinagre encima. La reacción efervescente ayuda a despegar la suciedad incrustada; dejar unos minutos y cepillar para eliminar el sarro.
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Limón directo: cortar un limón por la mitad y frotarlo sobre griferías, duchadores o manchas blancas. El ácido cítrico disuelve el sarro suavemente mientras deja un brillo natural sin necesidad de productos químicos fuertes.
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Pasta de limón y bicarbonato: mezclar jugo de limón con bicarbonato hasta formar una pasta espesa. Aplicarla sobre sarro más persistente, dejar actuar unos 15 minutos y enjuagar; es ideal para juntas o bordes difíciles.
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Bolsa con vinagre en la ducha: llenar una bolsa con vinagre blanco, colocarla sobre la flor de la ducha y sujetarla con una banda elástica. Dejar actuar varias horas o durante la noche para que el vinagre desintegre el sarro interno.
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Agua oxigenada con bicarbonato: combinar ambos ingredientes hasta obtener una pasta más potente que la habitual. Aplicarla en zonas como el inodoro o grifos muy incrustados, dejar actuar y frotar para remover la capa dura.
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Cepillo de dientes viejo: usar un cepillo de dientes en desuso para frotar después de aplicar cualquier solución. Permite llegar a rincones pequeños, juntas o relieves donde la esponja no alcanza.