Comer carne te podría estar envejeciendo: experta en longevidad encendió las alarmas

Una experta en longevidad habló sobre el consumo de carne y otras proteínas, y como estas pueden acelerar el envejecimiento.

18 de septiembre, 2025 | 20.22

Dicen que somos lo que comemos, y una experta en longevidad suscribiría a este mantra. Melanie Murphy, la especialista en cuestión, encendió las alarmas con respecto al consumo de carne y otras proteínas, ya que podrían ser la fuente de aceleración del envejecimiento, en lugar de ralentizarlo, como se podría conjeturar sobre estos alimentos que suelen ser considerados saludables.

Por qué la carne y las proteínas aceleran el envejecimiento

Vale aclarar que el consumo en exceso de carne y proteínas puede acelerar el envejecimiento, pero si se consume una moderada cantidad de estos alimentos por semana, no habría por qué preocuparse. Melanie Murphy junto al médico Joseph Antoun advirtieron sobre la problemática y explicaron que el consumo de proteínas de origen animal puede estimular de forma continua la producción del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1. La misma es fundamental durante las etapas de desarrollo de la niñez y la adolescencia, pero en adultos, puede ser contraproducente, sobre todo entre los 18 y 65 años.

Las proteínas de origen animal aceleran el envejecimiento, según expertos en longevidad.

¿Cuánta carne y proteínas hay que consumir para no acelerar el envejecimiento?

A la vez que advirtió sobre sus excesos, Antoun sostuvo que "un consumo insuficiente puede bajar demasiado los niveles de IGF-1, activar rutas de envejecimiento y provocar pérdida de masa muscular", por lo que se trata de llevar un consumo de proteínas de origen animal equilibrado. En este sentido, recomendó que las personas menores de 65 años consuman entre 0,7 y 0,8 gramos de proteína vegetal por kilo de peso al día. Mientras que quienes tengan más de 65, sumen proteínas animales como huevo, pescado y lácteos. Esto último puede ayudarlos a ganar masa muscular y/o peso, frente a la pérdida que es un problema habitual en ese rango etario.

En este sentido, Murphy sostuvo que hay personas que consumen proteínas de origen animal hasta tres veces más de lo necesario. Frente a este panorama, Antoun explicó que los síntomas habituales que se encuentran en las consultas médicas, y que son producto de un exceso de proteínas en la dieta, son "la indigestión, mal aliento, irritabilidad, cansancio, diarrea o estreñimiento". En casos más severos, se pueden presentar síntomas como deshidratación, náuseas persistentes y aumento de peso no deseado. El problema con este último punto, es que muchas veces pasa por desapercibido el origen del malestar, algo muy frecuente en adultos.

Por último, el médico en cuestión advirtió que no se trata solo de una aceleración del envejecimiento, sino que un consumo excesivo de proteínas de origen animal puede traer graves consecuencias como "enfermedad coronaria, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y alteraciones renales".