Si tu limonero sigue ahí, sin crecer ni dar frutos, no estás solo: es un problema común y frustrante. Para aliviar esa situación, la especialista en plantas Inti Sanguinet propone una intervención simple pero sumamente eficaz: “Tenés que rodearlo bien”.
A través de un video que se viralizó hace poco en redes sociales, Sanguinet relata el caso de un limonero que durante años permaneció plantado como un bonsái en el campo: pequeño, seco, inútil. Pero tras rodearlo con otras especies de raíces complementarias (como alcachofas, moreras o árboles de servicio) el resultado fue impresionante: más raíces, más fotosíntesis, mayor azucarado del suelo y, en definitiva, más cosechas.
No se trata de rodearlo con cualquier cosa: hay que elegir plantas con raíces que trabajen distinto, que compartan el espacio subterráneo de manera positiva y que ayuden a convertir el suelo en un sustrato más fértil.
La técnica de la "dona" que nutre desde la base
Pero el trabajo no termina ahí. Inti Sanguinet insiste en un segundo paso esencial: acumular materia orgánica alrededor del limonero, formando una especie de dona, y nunca en contacto directo con el tronco. Esa anilla de compost casero actúa como una fábrica in situ que enriquece el suelo, nutre las raíces y mejora las condiciones para una cosecha abundante.
Este enfoque promueve un ciclo natural: la materia se descompone, forma humus, renueva el suelo y devuelve nutrientes de manera progresiva. Ideal para árboles que parecían truncos y ahora pueden resurgir con vigor. "Hay que generar una relación con la especie para entender sus necesidades de luz, sus preferencias, sus orígenes y también si realmente funciona en tu zona”, aseguró.
Sanguinet subraya que no todos los árboles frutales son iguales ni crecen igual en cada zona. Por eso recomienda, además de aplicar estos trucos, generar una relación con cada especie: entender sus necesidades de luz, calor, frío y suelo. Con esa conexión, es más fácil comprender si realmente funciona bien en el entorno que le estás dando