El mate es una infusión tradicional del Río de la Plata: Argentina y Uruguay son los países que más llevan esta costumbre y la trasmiten de generación en generación. Sin embargo, aunque si bien hay otros países de Sudamérica que lo consumen, lo que pocos esperan es que un pequeño pueblo europeo halla adoptado esta costumbre hasta volverla propia. Sin ir más lejos, hoy es una de las zonas del mundo donde más se toma mate.
Ubicado en la región de Calabria, en el sur de Italia, el pueblo medieval de Lungro (unos 2.500 habitantes) ha sido apodado la "Capital Europea del Mate". Aquí, la infusión tradicional argentina se incorporó al día a día luego del retorno de emigrantes desde Sudamérica hacia finales del siglo XIX, y se transformó en una costumbre auténtica y arraigada. La tradición matera en Lungro supera el siglo de antigüedad. A los pobladores del pueblo se los conoce por beber mate como parte de su rutina diaria, y no solo entre adultos sino también entre generaciones más jóvenes. Muchos lo preparan en sus hogares, lo compran en despensas locales o lo comparten en plazas y reuniones vecinales.
Dentro del idioma local arbëreshë, el ritual se adapta a los términos propios: el mate se llama "kungullo", la bombilla es "pumbixhi" y el termo o caldera se denomina "çikullatera". La preparación incluye azúcar, carbón caliente para aromatizar y cáscara de naranja, elementos distintivos de la versión lungrese.
Tal es el fanatismo de este pueblo por la infusión que cada 1 de agosto, Lungro celebra su popular Festa del Mate, organizada por la Academia del Mate local, con música, espectáculos, degustaciones y una tradicional canción infantil en arbëreshë que abre el evento. Es una cita cultural que convoca a lugareños y visitantes y celebra la identidad matera del pueblo.
Cómo llegar a Lungro y qué hacer en la capital europea del mate
Lungro se encuentra en la región de Calabria, al sur de Italia, dentro del Parque Nacional del Pollino. Se puede llegar desde Roma o Nápoles en tren o auto hasta Cosenza, y desde allí tomar un bus local o alquilar un vehículo para recorrer los 70 km que separan a la ciudad del pueblo. Además de participar en la tradicional Festa del Mate en agosto, los visitantes pueden conocer el Museo Arbëreshë, que relata la historia de la comunidad albanesa que se instaló en la zona en el siglo XV, recorrer calles empedradas, iglesias bizantinas y probar productos regionales.
Para los fanáticos del mate, es posible comprar yerba, bombillas y termos en mercados locales, muchos de ellos importados directamente desde Argentina o Uruguay. Visitar Lungro es, en definitiva, sumergirse en una tradición cultural inesperada, donde lo europeo y lo sudamericano conviven en cada sorbo.