Los perros son una de las especies de animales más amadas por los humanos y por eso son las mascotas más comunes junto a los gatos. A pesar de esto, existen aquellas personas que no sienten simpatía por estos animales e incluso no les gusta tenerlos cerca, por miedo o rechazo; un estudio psicológico reveló los posibles motivos de estos sentimientos.
El medio CuerpoMente publicó un estudio realizado por una especialista en salud mental, que se refiere a las razones más comunes por las que ese tipo de personas tienen esos sentimientos hacia los perros. El rechazo o la falta de entusiasmo hacia los perros suele estar marcado por un estigma que asocia esta postura con una presunta carencia afectiva.
Sin embargo, la psicóloga Olga Albaladejo señala que tal creencia carece de fundamento, ya que existen motivos válidos para no sentirse cómodo con la compañía canina. De hecho, múltiples estudios publicados en revistas científicas internacionales coinciden en que estas actitudes responden a razones personales legítimas, sin vinculación alguna con déficits emocionales.
Entre las razones más comunes que explican el rechazo hacia los perros se encuentran las experiencias traumáticas durante la infancia, como mordidas o episodios de miedo, así como ciertos estilos de apego más reservados o la hipersensibilidad frente a ruidos y movimientos bruscos. También influyen factores prácticos, como no contar con el tiempo o la energía necesarios para hacerse cargo de los cuidados que demanda un perro, e incluso la presencia de fobias específicas hacia algunos animales.
Cuidados que hay que tener con un perro como mascota
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Dar una alimentación equilibrada y adaptada a su edad, tamaño y necesidades de salud.
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Garantizar agua fresca y limpia disponible en todo momento.
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Sacarlo a pasear a diario para que haga ejercicio, socialice y gaste energía.
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Cumplir con vacunas, desparasitaciones y controles veterinarios regulares.
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Mantener una buena higiene, incluyendo baños periódicos, cepillado y cuidado de las uñas.
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Ofrecerle un espacio cómodo y seguro para descansar dentro de la casa.
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Dedicar tiempo al juego y la estimulación mental, con juguetes y actividades variadas.
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Darle educación básica en obediencia y hábitos, para una buena convivencia.
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Prestar atención a cambios de comportamiento o de salud para actuar a tiempo.
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Brindarle cariño, paciencia y compañía, ya que los perros necesitan vínculo afectivo con su familia.