La composición de la Luna es uno de los temas más apasionantes de la ciencia espacial y un reciente hallazgo marcó un punto de inflexión por su revelación. Un artículo publicado en una revista científica reveló cómo sería este satélite natural por dentro y se lo comparó con la Tierra.
El estudio realizado por el Instituto de Física del Globo de París en conjunto con el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia salió en la revista Nature y sostiene que la Luna posee un núcleo interno sólido, muy parecido al de la Tierra. Según los investigadores, durante sus primeros mil millones de años, el satélite tuvo un campo magnético más potente que el terrestre, originado por la intensa actividad de su núcleo.
Las corrientes eléctricas y la fricción interna generaban un efecto de inducción magnética que envolvía por completo a la Luna. Con el paso del tiempo, el progresivo enfriamiento de su interior provocó que esa energía se debilitara hasta desaparecer, lo que explicaría la ausencia actual de magnetismo lunar.
El estudio permitió además conocer con mayor precisión la composición interna de la Luna. Los científicos determinaron que su núcleo está formado por dos secciones: una capa externa líquida de unos 362 kilómetros de grosor y un núcleo interno sólido de aproximadamente 258 kilómetros. Este último posee una densidad de 7.822 kg/m³, lo que la hace similar a la de la Tierra.
La luna es un cuerpo celeste que orbita alrededor de un planeta, ya sea uno de los ocho principales del sistema solar, un planeta enano o incluso un planeta menor. En términos astronómicos, también se la conoce como satélite natural. En el caso de la Tierra, posee una única luna, que además es el quinto satélite natural más grande del sistema solar.
Las fases de la Luna
Luna Nueva
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Fase lunar: primaria
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Salida: alrededor del amanecer.
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Puesta: alrededor de la puesta del sol
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Iluminación: 0%
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Posición en el espacio: la Luna está entre el Sol y la Tierra
Luna Creciente
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Fase lunar: intermedia
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Salida: mañana
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Puesta: tarde
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Iluminación: 0,1% a 49,9%
Luna Gibosa Creciente
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Fase lunar: intermedia
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Salida: tarde
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Puesta: temprano en la mañana
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Iluminación: 50,1% a 99,9%
Luna llena
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Fase lunar: primaria
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Salida: alrededor de la puesta del sol
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Puesta: alrededor del amanecer
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Iluminación: 100%
Luna Gibosa Menguante
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Fase lunar: intermedia
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Salida: tarde
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Puesta: mañana
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Iluminación: 99,9% a 49,9%
Cuarto Menguante
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Fase lunar: primaria
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Salida: alrededor de la medianoche
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Puesta: alrededor del mediodía
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Iluminación: 50%
Luna Menguante
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Fase lunar: intermedia
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Salida: temprano en la mañana
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Puesta: tarde
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Iluminación: 49,9% a 0,1%
Las dimensiones de la Luna
Este satélite tiene un diámetro de 3.474 kilómetros, lo que equivale aproximadamente al 27% del tamaño terrestre (12.742 km). Su superficie total es de 37,9 millones de kilómetros cuadrados, una extensión considerable, aunque menor que la del continente asiático, que abarca cerca de 44,4 millones de kilómetros cuadrados.
El color de la Luna
En la superficie lunar predominan cuatro tipos principales de rocas: los basaltos de mar, la brecha, la anortosita y el regolito. En conjunto, le otorgan a la Luna su característico tono grisáceo con áreas más oscuras, producto de la presencia abundante de elementos como oxígeno, silicio, magnesio, hierro, calcio y aluminio.
El color que percibimos desde la Tierra, sin embargo, no depende solo de su composición, sino también del modo en que la luz solar se dispersa al reflejarse en su superficie. Este fenómeno, conocido como dispersión de Rayleigh, es el mismo que explica por qué el cielo terrestre se ve azul y hace que la Luna adopte distintos matices según las condiciones lumínicas.