El Día Nacional del vino argentino invita a redescubrir espacios donde esta bebida emblemática potencia experiencias ligadas a la gastronomía y la coctelería. En Buenos Aires, diversos bares y restaurantes incorporan vinos en recetas creativas, atmósferas cuidadas y propuestas que combinan tradición, innovación y sabores contemporáneos.
Punto Mona: cócteles con vino en un espacio sensorial
Punto Mona, en Chacarita, ofrece una mirada singular sobre la coctelería que incorpora vino como protagonista. Su propuesta destaca el cóctel Uvas, diseñado por Mona Gallosi, que combina El Esteco Old Vines Torrontés, pisco Barsol, verjus, jazmín y pimienta rosa. El resultado es una mezcla fresca, aromática y elegante.
El ambiente, instalado en una ex fábrica reciclada, potencia la experiencia con estética industrial, DJ sets en vinilo, una barra central y un deck exterior que acompaña platos de autor como el halloumi asado con hinojo y naranja quemada.
Aire Libre: vinos en formato veraniego en Belgrano
Aire Libre propone una experiencia urbana en un jardín donde la gastronomía porteña se cruza con la creatividad. Sus “Vinitos de Verano” integran recetas como Peonía, disponible en jarra o copa, que combina Malbec, Campari, almíbar de mora, lemongrass, limón y sidra Pulku Cassis.
También se destacan Jazmín, con Torrontés, jerez y sidra Pulku Sauco, y Rosa, que mezcla vino rosado, Aperol y cordial de rosa mosqueta. Estas bebidas acompañan platos como tortilla al corte o trucha curada con guiños nórdicos.
Neko: coctelería nikkei con vino blanco
Neko presenta una propuesta donde la fusión peruano-japonesa incorpora sabores asiáticos y técnicas modernas. Su cóctel Kushi refleja esa identidad: se elabora con gin, huacatay, pepino y vino blanco, que varía según la disponibilidad. La bebida atraviesa un proceso de clarificación que aporta transparencia y textura sedosa.
La experiencia se completa con sushi, ceviches, tiraditos y platos calientes que integran ingredientes clásicos de la cocina nikkei.
Ronconcon: una barra latinoamericana con vino
Ronconcon, en Caballito, celebra la diversidad latinoamericana con una coctelería que combina ingredientes de distintas regiones. Entre sus bebidas aparece el Paloma Spritz, una versión refrescante del clásico mexicano elaborada con tequila Corralejo Blanco, vino blanco, cassis, pomelo y soda.
El menú acompaña con recetas para compartir, desde arepas y tacos hasta ceviches con perfiles aromáticos marcados, que completan una experiencia cálida y colorida.
Del Río Cantina: tradición de barrio y cócteles con vino
En Saavedra, Del Río Cantina recupera la esencia de las cantinas tradicionales y la combina con una carta de inspiración italiana. Entre sus cócteles sobresale el Jacarandá, elaborado con vino blanco Nicasia Blancs de Blanc, limón, frutilla, ananá y agua tónica.
La propuesta se integra con minutas, pastas caseras y entradas bodegoneras que evocan sabores familiares y reconfortantes.
Bilbao: tapas y cócteles con ADN ibérico
Bilbao, ubicado en Palermo, une tapas y vermouth en una propuesta pensada para maridar. Su carta incorpora bebidas basadas en vino, como el Kalimotxo Bilbao, preparado con vermouth de la casa, reducción de malbec y gaseosa de pomelo.
Otras opciones son Cenizas del Cantábrico, con malbec y licor de café, y Primavera en Euskadi, que combina carpiano bianco, chardonnay, mango y espumante. Todos los cócteles están diseñados para acompañar sabores ibéricos de su menú.
Tanta: vinos en coctelería peruana contemporánea
Tanta, del chef Gastón Acurio, presenta una coctelería de autor donde el vino se integra con técnicas peruanas. Entre los destacados figura el Pisco Punch de Frutas, que combina pisco y vino torrontés Santa Julia Flores Blancas Viognier con fruta de estación.
La carta suma la Moradita, con vino Tanta Malbec by Lagarde, chicha morada y maracuyá, y el Refresco de Huacatay, coronado con espuma de manzana y albahaca. Platos como tiraditos, arroces y ravioles andinos elevan una propuesta que combina tradición y modernidad.
