Hay pocos placeres tan simples y reconfortantes como el aroma del pan recién horneado. Y si se trata de pancitos tiernos, suaves y dorados, las figacitas ocupan un lugar especial en la mesa familiar. Clásicas, esponjosas y versátiles, son la elección perfecta para acompañar el mate del domingo, preparar sándwiches o disfrutar solas con un poco de manteca o mermelada.
Estas pequeñas delicias se caracterizan por su sabor delicado y su textura aireada, que las convierte en una opción ideal tanto para lo dulce como para lo salado. Además, hacerlas en casa no requiere experiencia previa: con ingredientes básicos y un poco de paciencia, podés lograr figacitas tan ricas como las de panadería.
Ingredientes
Para unas 20 figacitas necesitás:
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500 g de harina 000
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260 a 280 cc de leche
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50 g de manteca
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10 g de levadura seca
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1 cucharada de sal
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2 cucharadas de azúcar
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1 huevo batido con un poco de leche y azúcar (para pincelar)
Paso a paso para lograr la textura perfecta de las figacitas
- Activar la levadura. Calentá la leche hasta que esté tibia (no caliente) y disolvé en ella la levadura junto con una cucharadita de azúcar. Dejá reposar unos 10 minutos hasta que se forme espuma: eso indica que la levadura está activa.
- Preparar la masa. En un bol grande, colocá la harina, el resto del azúcar y la sal. Agregá la manteca derretida y la mezcla de levadura. Uní todos los ingredientes y amasá hasta obtener una masa suave, lisa y que no se pegue a las manos.
- Primer levado. Tapá la masa con un paño limpio y dejala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, hasta que duplique su tamaño.
- Formar las figacitas. Dividí la masa en porciones pequeñas y dales forma redonda u ovalada, según prefieras. Si querés, podés ayudarte con un vaso o cortante para darles un tamaño parejo. Colocalas sobre una placa ligeramente enmantecada o con papel vegetal.
- Segundo levado y pincelado. Dejá que las figacitas reposen otros 20 minutos. Luego, pinchalas con un tenedor y pincelalas con la mezcla de huevo, leche y azúcar. Esto les dará un color dorado y brillante al hornearse.
- Hornear. Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 15 a 20 minutos, o hasta que estén doradas y suenen huecas al golpear suavemente la base.
Las figacitas caseras son tan versátiles como deliciosas. Se pueden rellenar con jamón y queso, con carne, con vegetales o simplemente acompañar con un toque de manteca y mermelada. Por su tamaño, son ideales para picadas, meriendas o desayunos familiares.
Además, podés personalizarlas a tu gusto: agregar semillas de sésamo o girasol por encima, un poco de queso rallado o especias para aromatizar la masa. Se conservan tiernas varios días si las guardás en una bolsa bien cerrada.
