¿Te pasó que al hacer pescado rebozado te quedó blando y se desarmó en la sartén? El problema tiene solución y es más simple de lo que creés. Paulina Cocina compartió su receta infalible para lograr un rebozado super crocante, pero con una vuelta de tuerca: no usa harina ni avena.
La clave está en un ingrediente que probablemente tengas en tu alacena y que va a transformar por completo tu manera de preparar el pescado. ¿La mejor parte? Solo necesitás seguir unos pasos simples para conseguir esa textura crujiente que tanto te gusta.
Los ingredientes que van a cambiar tu forma de hacer pescado rebozado
Para cuatro porciones, vas a necesitar:
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8 filetes de pescado (recomendable lenguado por su consistencia)
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2 huevos
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Sal, pimienta y tomillo al gusto
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Aceite para freír
Para el rebozado crujiente:
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1 taza de pan rallado
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1/2 taza de polenta
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1 cucharada de sésamo negro (puede ser blanco)
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1/2 cucharada de semillas de lino machacadas
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1/2 cucharada de semillas de chía machacadas
Paulina aclara que podés reemplazar las semillas de lino y chía por una cucharada de un mix de semillas (girasol, lino, chía, sésamo y amapola) machacadas y tostadas.
Paso a paso para el pescado rebozado perfecto
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Prepará el pescado: Secá muy bien los filetes con papel de cocina. Este paso es fundamental para que el rebozado se adhiera correctamente.
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Condimentá: Agregá sal, pimienta y los condimentos que más te gusten. Si tenés tiempo, dejá reposar unos minutos para que los sabores se integren mejor.
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Batí los huevos: En un bol, batí los dos huevos. No hace falta agregarles leche ni agua.
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Rebozá: Pasá cada filete por el huevo batido, asegurándote de cubrirlo completamente. Luego, empanalo con la mezcla de polenta, pan rallado y semillas.
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Freí: Calentá abundante aceite y cuando esté bien caliente, cociná los filetes de a tres o cuatro minutos por lado, hasta que estén dorados.
¿Por qué la polenta es el ingrediente secreto?
La polenta es la gran estrella de esta receta porque tiene dos ventajas clave: absorbe menos humedad que la harina y crea una capa más sólida al freírse. Esto significa que tu rebozado va a quedar más crocante y con menos aceite.
Al ser un grano más grueso que la harina, forma una textura irregular que se dora de manera pareja y ofrece ese crunch que tanto buscás en un buen rebozado.
Errores que tenés que evitar
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No secar el pescado: Si los filetes están húmedos, el rebozado no se pegará bien.
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Aceite frío: Si el aceite no está a temperatura adecuada, la polenta absorberá más grasa y no quedará crocante.
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Sartén sobrecargada: Freír muchos filetes juntos baja la temperatura del aceite. Mejor hacelo en tandas.
Con este truco simple de Paulina Cocina, vas a conseguir un pescado rebozado dorado, crocante y que no se desprende al freír. Una técnica que se va a convertir en tu favorita para las comidas de todos los días.
