Los fines de semana suelen estar asociados a momentos de distensión: trasnochar, salir con amigos, tomar alcohol o fumar más de lo habitual. Sin embargo, estos hábitos pueden tener un impacto mucho más serio que una simple resaca. Investigadores de la Universidad de Flinders, en Australia, identificaron un fenómeno al que denominaron “apnea social”, relacionado con el empeoramiento de la apnea obstructiva del sueño (AOS) durante esos días.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un trastorno caracterizado por la interrupción total o parcial de la respiración en reiteradas ocasiones mientras la persona duerme. Este síndrome, además de provocar somnolencia diurna, deterioro cognitivo y bajo rendimiento, puede aumentar el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y accidentes.
Qué es la "apnea social"
Según el estudio publicado en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, la llamada apnea social surge cuando los hábitos propios de los fines de semana como acostarse más tarde, consumir alcohol o alterar drásticamente la rutina de descanso intensifican los síntomas de la apnea obstructiva. El consumo de alcohol, por ejemplo, relaja los músculos de la garganta y facilita las obstrucciones de las vías respiratorias, mientras que el desorden en los horarios de sueño desajusta los ciclos naturales del descanso.
El problema es que este descontrol no solo empeora la calidad del sueño durante esas noches, sino que también puede tener efectos acumulativos al comenzar la semana, generando fatiga, dificultad para concentrarse y un mayor riesgo para la salud en el largo plazo.
Los especialistas subrayan la importancia de mantener rutinas de sueño regulares y moderar el consumo de alcohol y tabaco, incluso durante los días de ocio. De esa forma, es posible disfrutar del fin de semana sin comprometer la salud respiratoria ni el bienestar general.