Si escribir poesía ya tiene su complejidad, hacerlo bajo la presión de una crítica que te apunta de "reiterativo" y en un formato poco tradicional presenta un desafío doble que pocos podrían atravesar con tal soltura e impacto como lo hizo Wallace Stevens en Un atardecer cualquiera en New Heaven, su extenso poema recientemente publicado por Serapís.
Publicado por primera vez en una edición bilingüe, que ya tiene su encanto editorial y su desafío a la hora de traducir el poema sin que pierda su esencia, este texto de 31 secciones de seis tercetos cada una aborda un tema recurrente en la obra de Wallace sin dejar de ser complejo: la trascendencia de la poesía en la vida, como lo rutinario, lo banal puede tener siempre una mirada emocional para quien esté dispuesta a verla de forma poética.
Lejos de lo solemne o trascendente que muchas veces se le atribuye a la poesía, Un atardecer cualquiera en New Haven parte de lo llano: un momento cualquiera, un escenario ordinario, una percepción cotidiana. Pero Stevens convierte esa escena mínima en un espacio poético donde lo común se revela como extraordinario. La poesía no necesita solemnidad: basta con mirar con atención. Así, la obra propone una defensa estética de lo habitual, lo simple, lo real, sin caer en el cinismo ni en el desencanto. "Como parte de la meditación que nunca acaba, parte de la pregunta que es en sí misma un gigante: de qué está compuesta esta casa si no es de sol", se puede leer al inicio del poema. Y es en un verso como este dónde se aparece la esencia de Wallace y del poema: la cotidianidad.
Stevens (1879–1955), figura clave de la poesía moderna en lengua inglesa, entendía la poesía como una forma de pensamiento. “La teoría de la poesía es la teoría de la vida”, decía, y ese es el eje que atraviesa este poema largo, de tono reflexivo y ambición filosófica que no es para cualquier tipo de lector, pero sí para cualquiera que se anime a leerlo: sumergirse en este texto es un sacudón, una propuesta compleja para leer poesía y una garantía de que nunca más se leerá de la misma forma. Así también lo señala Gervasio Fierro en su prólogo: el texto no busca concluir, sino mantenerse en elaboración permanente. Un poema que piensa, que se transforma, que se interroga.
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En la literatura actual, la poesía parece exigida a ser clara, urgente o confesional, esta obra recuerda otra posibilidad: pensar desde la poesía, construir desde la palabra una teoría del mundo. Además de reconocer la obra, cabe destacar el trabajo de la editorial Serapis que no solo rescató este texto, el último con esta extensión que escribió Wallace Stevens, sino que realizó un arduo trabajo de traducción para mantener la esencia del trabajo original y mantener su legibilidad. En tiempos donde la industria del libro se encuentra tan golpeada, la existencia de un proyecto que no pierda en foco en la calidad es admirable y respetable.
Sobre el autor
Nacido el 2 de Octubre de 1879 en Reading, Pennsylvania. Estudiante especial en Harvard durante tres años, con la promoción de 1901. Libros: Harmonium, 1923; Ideas of Order, 1936; The Man With the Blue Guitar, 1937; Parts of a World, 1942; Transports to Summer, 1942; Auroras of Autumn, 1950; y (prosa) The Necessary Angel, 1951. Algunos de estos libros incorporan poemas que fueron publicados separadamente bajo otros títulos. También se ha publicado en Londres un volumen de Selected Poems, (Faber & Faber, 1953) y un conjunto de traducciones al italiano de Renato Poggioli: Mattino Domenicale Ed Altre Poesie, (Einaudi, Torino, 1954).
La obra del autor sugiere la posibilidad de una ficción suprema, reconocida en tanto ficción, en la cual los hombres podrían proponerse a sí mismos una realización. En la creación de una ficción así, la poesía tendría una significación vital. Existen muchos poemas vinculados a las interacciones entre la realidad y la imaginación, los que deben ser considerados como marginales a este tema central. El 2 de Agosto de 1955 muere en Hartford, Connecticut