Sorpresa en folklore por lo que salió a la luz de Atahualpa Yupanqui

El histórico músico Atahualpa Yupanqui brindó un concierto en Estados Unidos el 30 de octubre de 1983 y la grabación fue editada y compartida en las plataformas de streaming.

07 de mayo, 2025 | 13.34

El pasado volvió a brillar con el lanzamiento del concierto de Atahualpa Yupanqui, que ocurrió en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, justo el día en que se realizaron las primeras elecciones presidenciales tras la última dictadura. Este evento histórico para el folklore, parte de su única gira por ese país en 1983, se mantuvo guardado durante más de tres décadas en una simple caja de zapatos.

Javier Chalup, el alma detrás del sello discográfico platense Registros de Cultura, restauró la grabación de Atahualpa Yupanqui y la presentó junto a un libro de 64 páginas que completa la propuesta. El valor cultural de este material es monumental. Escuchar la voz de ese ícono de la música popular argentina, resultó siempre conmovedor.

Pero no solo se trató de su canto; también se incluyó su reflexiva narrativa, que ofreció contexto y detalles que iluminaron los temas que interpretó. Su humor agudo y sutil, que a veces emergía en los pliegues de sus ojos, también estuvo presente en el disco, un bello recuerdo de su esencia.

De hecho, el álbum está entre los discos nominados de los próximos premios Gardel. "La Nominación de 'Atahualpa en Michigan' en la categoría 'Album Conceptual' de los Premios Gardel, es una noticia valiosa. La presencia de Yupanqui es cada vez más necesaria para mantener vivas las huellas profundas de la Patria y de la cultura nacional. El registro que acaba de nominarse es un documento cabal de la única gira de Atahualpa por un país que no le apetecía visitar. Esa visita fue posible por la inmensa patriada de Oscar Ballester y Bernardo Palombo que, en su condición de músicos y residentes en Estados Unidos, invitaron al maestro y registraron su estadía con la intuición de que estaban creando un testimonio histórico de valía. Felicitaciones a ellos y a Registros de Cultura por la edición de este enorme documento poético y musical", sostuvo Juan Falú en un posteo de Instagram. 

Los detalles del concierto histórico de Atahualpa Yupanqui

Con un estilo profundamente provincial, este concierto resaltó la identidad de Atahualpa Yupanqui. Nacido Héctor Roberto Chavero el 31 de enero de 1908 en Peña, en el partido de Pergamino, su experiencia como hijo de un ferroviario lo llevó por diversos pueblos de la Provincia de Buenos Aires, donde se empapó de la música en amenas mateadas después del trabajo.

A los 9 años, se trasladó a Tafí del Valle, Tucumán, un lugar cargado de melodías autóctonas. Cuatro años más tarde, regresó a Junín, donde visitó distintos trabajos, desde hachero hasta corrector de pruebas en un diario local, mientras comenzó a escribir versitos para la revista escolar bajo el seudónimo Atahualpa Chavero.

La grabación del concierto de Atahualpa Yupanqui permaneció más de treinta años guardada en una caja de zapatos.

A los 19 años, dio sus primeros pasos grabando “Camino del indio” y comenzó a presentarse en escenarios pequeños. Su compromiso político lo llevó a militar en el partido comunista durante siete años, lo que le valió una etiqueta como "el payador perseguido". Su trayecto lo llevó a recorrer cada rincón del país, desde serranías hasta tierras áridas, donde conoció las angustias de su gente. La música de Yupanqui se convirtió en un faro de esperanza que iluminó duras realidades y expresó verdades profundas de nuestra tierra.

El libro que acompaña esta grabación también incluyó reproducciones facsimilares de dos cartas dirigidas a Nenette, una pianista canadiense que estuvo a su lado durante cinco décadas. Bajo el nombre de Pablo de Cerro, Nenette compuso la música de muchas obras emblemáticas de Yupanqui, como “Chacarera de las piedras” y “El alazán”.

Este esfuerzo por revivir su legado, apoyado por un sello platense, demostró que la huella de Atahualpa sigue viva. Su obra se alzó como una de las cumbres más altas de nuestra música. Como él mismo afirmó en "Destino del canto", su legado permaneció intacto porque se nutrió de su propia luz