La nueva serie de Netflix Adolescencia se convirtió en un éxito desde su estreno. Con una narrativa cruda, la ficción pone el foco en el universo emocional y digital de las nuevas generaciones, explorando las formas en que los adolescentes interactúan, se vinculan y construyen su identidad en un mundo hiperconectado. Pero más allá de su éxito como serie juvenil, abrió una puerta incómoda, pero necesaria: la de hablar sobre la cultura de la misoginia en internet, y más específicamente, sobre un concepto que ya circulaba entre los más jóvenes pero que muchos adultos desconocían: el de los “incel”.
En uno de sus capítulos más comentados, la serie hace referencia a la “regla del 80/20”, un término que rápidamente se volvió tendencia en redes y que llevó a muchos espectadores a preguntarse de qué se trata. Aunque para algunos adolescentes esta idea no es nueva, ya que forma parte del lenguaje de ciertas comunidades digitales hace tiempo, para muchos adultos fue un baldazo de agua fría. Lo que parecía un dato curioso dentro de una ficción, en realidad retrata una subcultura con raíces profundas en internet y consecuencias preocupantes en la vida real.
¿Qué son los “incel” y qué significa su regla 80/20?
La palabra “incel” es la contracción de involuntary celibate, es decir, célibe involuntario. Se utiliza para describir a hombres que no logran establecer vínculos sexo-afectivos con mujeres y que, en lugar de buscar contención o ayuda, canalizan esa frustración a través del resentimiento, la victimización y, en muchos casos, la misoginia. Aunque el término nació en los años 90 como parte de un proyecto comunitario liderado por una mujer que buscaba ofrecer apoyo a personas solitarias, su significado mutó con el tiempo hacia una visión oscura y peligrosa del género y las relaciones.
Dentro del universo incel, una de las ideas más difundidas es la de la llamada “regla del 80/20”. Esta teoría se basa en una interpretación distorsionada del principio de Pareto, formulado por el economista italiano Vilfredo Pareto, que originalmente señalaba que el 80% de los resultados proviene del 20% de las causas. En clave incel, esto se traduce en la creencia de que el 80% de las mujeres solo se siente atraída por el 20% de los hombres, lo que deja a la mayoría masculina “fuera del mercado”.
Este razonamiento, además de carecer de base científica, refuerza una visión binaria, competitiva y cosificadora de los vínculos. En Adolescencia, uno de los personajes explica esta lógica mientras hace alusión a otros símbolos populares en estas comunidades, como la “píldora roja”, un guiño a Matrix que representaría el momento en que un hombre “despierta” y empieza a ver “la verdad” sobre las dinámicas de género, en clave de supuesta dominación femenina y opresión masculina.
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El problema de estas ideas no es solo teórico. En los últimos años, varios actos de violencia estuvieron vinculados a personas que se identificaban con la ideología incel. La regla del 80/20, al igual que otros postulados de esta subcultura, alimenta el odio hacia las mujeres y promueve una narrativa peligrosa que reduce los vínculos humanos a cifras, estadísticas y resentimientos.