We Were Liars (Éramos mentirosos), la nueva serie de suspenso psicológico de Prime Video basada en el bestseller juvenil de E. Lockhart, llegó al catálogo el 18 de junio de 2025 y rápidamente se convirtió en uno de los estrenos más comentados del mes. La historia nos invita a conocer los veranos perfectos de una familia rica, los Sinclair, que pasan sus vacaciones en una isla privada llamada Beechwood.
La trama gira en torno a Cady, una adolescente que regresa a la isla un año después de haber sufrido un accidente que le provocó pérdida de memoria. Nadie quiere hablar del tema, y cuanto más pregunta, más extraño se vuelve todo a su alrededor. Sus primos la esquivan, su amor de verano, Gat, parece un fantasma, y su familia actúa como si nada hubiera pasado. Lo que sigue es un rompecabezas emocional donde la memoria, la culpa y el duelo son los verdaderos protagonistas.
¿Qué pasa en el final de "We Were Liars"?
Desde el segundo episodio, We Were Liars empieza a dejar pistas: hay algo que no encaja. Pero es en los últimos capítulos cuando se revela lo impensado: Gat, Johnny y Mirren están muertos. No fue un accidente cualquiera lo que dejó a Cady con amnesia, sino un incendio provocado por ellos mismos como forma de rebelión contra el poder del abuelo Harris Sinclair. Un intento desesperado de romper con la codicia familiar que terminó en tragedia.
La idea fue de Cady. Ella propuso quemar la casa principal como gesto simbólico. Pero olvidó algo crucial: los perros estaban adentro. Y peor aún, tampoco se aseguró de que todos salieran. En el recuerdo reconstruido, Gat vuelve a entrar a la casa para buscarla, Johnny queda atrapado arriba, y Mirren muere intentando rescatar una pintura valiosa. Mientras tanto, Cady, en estado de shock, escapa a la playa sin saber qué provocó realmente.
Todo lo que vivió en el “verano número 17” fue producto de su mente: las conversaciones, las risas, las salidas nocturnas… incluso los momentos de intimidad con Gat. Su cerebro, devastado por la culpa y empujado por los medicamentos, creó versiones mentales de los que ya no estaban para protegerla del dolor. Y aunque parecen fantasmas, no lo son: son construcciones internas, imágenes que actúan solo como ella los recuerda.
En el último episodio, cuando Cady recuerda la verdad completa, no hay redención mágica. Nadie la perdona con palabras. Pero tampoco la acusan. Gat, en su forma mental, le deja su collar antes de desaparecer. Ese gesto, mínimo pero potente, simboliza el cierre de un ciclo. Cady, en una escena final que rompe con la tradición familiar, decide llevar ese collar, el de Gat, en lugar del de su abuela, un símbolo de ruptura con la fachada Sinclair.