Independiente - U de Chile: cuando la autoridad es la barra

Independiente en el partido por Copa Sudamericana se vio coptado por la barra que tomó la decisión de hacer "Justicia por mano propia". Ahora, espera que la verdadera Justicia le aplique una sanción.

26 de agosto, 2025 | 00.05

Independiente dio el primer paso para la batalla de escritorios en Asunción. Su anuncio de que ayudó a la justicia a identificar a veinticinco barras implicados en la agresión salvaje a hinchas de Universidad de Chile, y de que los expulsará como socios y les pedirá derecho de admisión de por vida, frena la cadena de torpezas y acaso atenúe algo la sanción inevitable que le aplicará la Conmebol cuando emita su fallo tal vez antes de los próximos diez días.

Es cierto, haber difundido el comunicado horas antes de entregarle una lista a la justicia, como dicen algunos, acaso ofreció tiempo precioso de escape a los violentos, conocidos todos ellos muy bien por el club. Forzado por las circunstancias, Independiente ya había dado una primera señal de su colaboración en un comunicado previo, cuando reconoció que estaba trabajando con la justicia para “expulsar de por vida” a los barras que actuaron por mano propia para vengar las agresiones previas de los hinchas chilenos. Fue una decisión de la barra oficial (la que recibe privilegios a cambio de garantizar “paz” en la tribuna, que, imposible no imaginarlo, terminaría en escándalo y perjudicaría al club. Pero que, aún así, mantenía “en alto” el código barra de defender el honor del territorio: “me pegaste en mi casa, atenete a las consecuencias”.

También la barra chilena inició las agresiones conciente de que eso podía perjudicar a su equipo, ganador en la ida y que, con el empate parcial de la vuelta, estaba clasificándose a los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Pero tampoco le importó. “Acaso buscó prestigio. Como si algunas barras visitantes –me dice un especialista del tema- vinieran a la Argentina a diplomarse. A ganar la parada en la cuna de los barras”. La Fiscalía 4 de Avellaneda buscará a su vez con su actuación remedar la negligencia policial, que el miércoles del desastre detuvo a un centenar de chilenos y a ningún barra argentino, que ahora deberán afrontar procesos por intento de homicidio en algunos casos. ¿Cómo avanzará la investigación de la Fiscalía sobre la responsabilidad del propio accionar policial, que se negó a reprimir en la tribuna alegando que eso no haría más que aumentar la violencia?

Es cierto, el propio Independiente había establecido hace dos años que no quería más policía dentro del estadio y que se encargaría del tema con seguridad privada. Convocada de emergencia, la policía se negó a actuar de bombero, como si cuidar ciudadanos no fuera parte de su obligación. Hubo también negligencia policial para permitir el ingreso de facas y, más fuerte aún, la bomba de estruendo que los hinchas chilenos lanzaron hacia simpatizantes de Independiente. Ya dentro del estadio, la inacción central fue de la seguridad privada y del propio Independiente, que se negó primero a vaciar la tribuna que estaba debajo de los chilenos (como le había pedido la Conmebol) alegando que ya había vendido todas las entradas. Y tampoco ordenó luego Independiente al menos un protocolo de seguridad. Doble falla. La tercera fue su negligencia para impedir la vendetta de sus barras. Aun “avisando” unos minutos antes por los altavoces a los hinchas chilenos que desalojaran su tribuna, algo que no había sido pedido por la Conmebol.

La responsabilidad de Independiente como organizador (así como la de Universidad de Chile porque sus barras iniciaron todo) fue destacada especialmente por la Conmebol en su primer comunicado. Pero la entidad que comanda el paraguayo Alejandro Domínguez tuvo su propia responsabilidad, aunque suele evadirla, como lo hizo con la final de la Copa América 2023 que Argentina le ganó a Colombia en el Hard Rock de Miami. ¿Por qué permitió la Conmebol que el partido de Avellaneda se jugara si Independiente incumplía sus obligaciones de seguridad? ¿Y por qué insistió en mantener el partido cuando en el entretiempo la Policía de la Provincia de Buenos Aires pidió que fuera suspendido?      

¿Expulsará ahora la Conmebol a ambos equipos de la Sudamericana tal como, según me dicen fuentes, le habría pedido el presidente de la FIFA, Gianni Infantino? Chile será sede dentro de un mes del Mundial Sub20 de la FIFA. Hinchas chilenos han comenzado a advertir que habrá argentinos en su tierra alentando a la selección que dirige Diego Placente, aviso de clima hostil. En Chile se escucharon voces críticas a la barra de Universidad de Chile, pero domina la figura de la víctima, infantil en el comunicado del club, con música incluída de paz y tiernas escenas familiares, pero acaso inevitable ante las imágenes que recorrieron el mundo, barras linchando a otros, códigos tumberos para desnudarlos y humillarlos. Y acorrarlarlos para que caigan al vacío. Sucede cuando depositamos en la barra el aliento, la fiesta y también la defensa del honor herido. Cuando la barra es la autoridad.