Créditos a un click, vidas al límite: cómo se sostiene el día a día en una sociedad endeudada

“Tuve que endeudarme para comer”: jóvenes trabajadores, estudiantes y profesionales contaron a El Destape cómo llegan a fin de mes, cómo enfrentan gastos cotidianos y los motivos que ubican a las billeteras entre las principales opciones, aunque no sin riesgos.

07 de julio, 2025 | 00.05

En estos 18 meses de gestión de La Libertad Avanza, se afianza un modelo de apreciación cambiaria, paritarias “pisadas” y creciente endeudamiento –externo e interno-, que modifica el entramado de consumo, al tiempo que se sostiene el ajuste del Estado y de la política social. Cada vez más personas recurren a créditos "fáciles" a través de plataformas que permiten endeudarse a solo un click de distancia. Jóvenes trabajadores, estudiantes, y profesionales compartieron con El Destape por qué se ven en la necesidad de tomar deuda, cómo enfrentan el financiamiento de gastos cotidianos y los motivos que ubican a las billeteras entre las principales opciones, en una coyuntura de crisis de ingresos y fragmentación social. 

El modelo financiero penetra en una sociedad que trabaja más horas, pero igual no le alcanza, mientras enfrenta mayor precarización y carga de trabajos no remunerados, a la vez que gestiona un creciente endeudamiento, sobre todo a partir de finanzas digitales. “El saldo de financiamiento de los Proveedores no financieros de crédito alcanzó los $8 billones a inicios del 2025, el valor más alto desde junio de 2018. En particular, se destacó el crecimiento del grupo Fintech, que pasó de 16% en julio de 2024 a 21% en enero 2025 (máximo histórico)”, señaló un informe del Banco Central (BCRA). 

Esto ocurre en una coyuntura en la que el 90% de la población argentina está endeudada y casi tres de cada cuatro deudas activas se originó en 2024, primer año de gestión de Javier Milei. A la vez que el 56% de los hogares ya destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de esas deudas que se toman, principalmente, para pagar alimentos, medicamentos, alquileres, servicios, entre otros gastos esenciales. Sin soluciones de fondo para la población, se multiplican las historias de quienes terminan pagando para vivir.

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Sobrevivir a costa de deudas

A pocos meses de las elecciones de medio término, la continuidad del modelo económico actual necesita del ancla salarial que, junto con la apreciación del tipo de cambio, le aseguren al gobierno nacional, mantener la inflación a la baja, aunque sea por este corto plazo. En tal esquema, la economía se mueve en el cruce de tensiones y límites a la recuperación de la actividad que combinan una mayor volatilidad cambiaria, con precios de bienes y servicios esenciales que presionan sobre salarios pisados, sumado al “incentivo” oficial a la informalidad y el empuje al crédito para sostener la demanda. 

Tras una caída del 1,7% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2024, en los primeros meses de este año se observó una recuperación, aunque la contracción de marzo (-1,8% mensual), reavivó el debate acerca de si la recuperación podrá sostenerse y, de hecho, estimaciones privadas señalan que la economía volvió a caer en mayo (-0,8%, según la consultora C-P) dando forma “a una tendencia al estancamiento, coincidente con lo que muestran los indicadores de ingresos”. El dato oficial se conocerá este martes.

En ese esquema, el mercado laboral exhibe más desocupación e informalidad: el desempleo llegó en tres meses del 2025 al 7,9% (+0,2 puntos vs. 1T2024) tocando el valor más elevado de la gestión de Javier Milei, a la vez que los ocupados demandantes se sostienen en un nivel alto (16,1%) y la presión sobre el mercado de trabajo trepó del 29,7%. Por su lado, los asalariados no registrados crecieron del 35,7% al 36,3% y los cuentapropistas del 21,9% al 23,5% mientras, a contramano, el trabajo asalariado se contrajo (-0,7 puntos).  En materia de ingresos, desde que asumió la administración libertaria todos los trabajadores activos y pasivos sufrieron una enorme pérdida de poder adquisitivo: $7.024.255 es la pérdida promedio acumulada por trabajador/a del sector público, $2.313.392 es lo que perdió el sector privado y $3.630.787 lo que perdió cada jubilado/a, según estimaciones del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE).  

En relación, la transferencia de ingresos desde el bolsillo del laburante se vio agravada por el ajuste en las políticas sociales. “El gobierno desde que comenzó ‘ahorró’ un total de 50 billones de pesos a costa del freno a la obra pública y el recorte a los jubilados”, destacó el centro económico. Se suman otros recortes como en la cobertura de medicamentos del PAMI, en pensiones por discapacidad (los rechazos pasaron del 40% al 75% y se revocaron 56.000 pensiones vigentes), el congelamiento de la paritaria de las trabajadoras de casas particulares y la menor asistencia en comedores comunitarios, entre otros.

De esa manera termina por agravarse la grieta entre, al menos, dos Argentinas: mientras cae el consumo de comida y otros bienes no durables esenciales (-5,1% en el primer cuatrimestre del 2025 contra mismo lapso del 2023) crece la compra de autos y otros bienes durables (+50,6%, en igual periodo). “Los precios de consumo durable bajaron un 20% contra noviembre 2023 en términos reales; mientras tanto, los bienes de consumo masivos (esenciales para la reproducción de la vida) están un 2% más caros. Se trata de un modelo de autos baratos y comida cara”, graficaron desde el Instituto Argentina Grande (IAG), y advirtieron que mientras el consumo de bienes durables crece, el de bienes no durables “está en pisos históricos”. 

¿Cómo se sobrevive en esta Argentina? Las familias buscan estrategias de subsistencia que se desarrollan, sobre todo, en torno a un mayor endeudamiento de los hogares. Los últimos datos disponibles muestran un aumento sostenido del crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, medicamentos, pago de servicios y alquileres, entre los principales. Según la consultora EcoGo, en marzo el crédito a los hogares representó el equivalente al 5% del Producto Interno Bruto (PIB) cuando un año atrás era el 2,3%. Se trató del nivel el más alto desde 2018 (6,2%).

Por su lado, un relevamiento del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (Ietse) reveló que el 91% de los hogares del país está endeudado y, no es menor, casi 7 de cada 10 tiene entre dos o tres deudas contraídas.  Un factor clave tiene que ver con la situación en la que se encuentran esas deudas: las impagas (en mora simple o judicial) escalaron hasta representar el 76% del total.

Lo anterior se entiende mejor al poner la lupa sobre el porcentaje de ingresos destinados al pago de deudas: el 56% de los hogares destina entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas. “El incremento respecto a 2024 muestra cómo el sobreendeudamiento erosiona los ingresos disponibles”, analizaron desde el IETSE.

Billeteras virtuales: sectores medios y bajos al límite

En el mundo de la oferta de crédito, las Fintech cobran presencia y marcan un cambio de hegemonía en los actores de la propia intermediación financiera. Los últimos datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestran que el endeudamiento con “Proveedores no financieros de crédito” viene creciendo desde fines del 2024. Se trata de “aquellas personas jurídicas que, sin ser entidades financieras, realizan -como actividad principal o accesoria- oferta de crédito al público en general, otorgando de manera habitual financiaciones”. En detalle, el saldo de financiamiento de estas entidades alcanzó los $8 billones en enero de 2025, aumentando 54% en términos reales respecto de julio de 2024 y 86% interanual, “alcanzando el valor más alto desde junio de 2018”. 

En términos de participación en el saldo total, “se destacó el crecimiento del grupo Fintech, que pasó de 16% en julio de 2024 a 21% en enero de 2025 (máximo histórico)”, señaló el BCRA. Por tipo de asistencia, los préstamos personales crecieron 93% en términos reales entre julio de 2024 y enero de 2025, frente al 37% de las tarjetas de crédito ($4,5 billones). 

Para comienzos de 2025, casi 10 millones de personas contaban con al menos una asistencia otorgada por estos proveedores (+2,5% vs. dic/24 y +20,1% vs. jul/24). En términos del rango etario, el mayor crecimiento porcentual se registró en el grupo más joven, de 18 a 29 años (+38%). Las Fintech, por su lado, continúan liderando la expansión de la cartera de clientes, alcanzando los casi 4,9 millones de deudores (+39% vs. jul/24). Muchas de estas últimas empresas están registradas también como Proveedores de servicios de pago (PSP) “una forma de canalizar financiamiento, gestionar cobranzas y expandir servicios sobre una misma base de clientes”, indicó la entidad. 

Al respecto, las relativas facilidades que otorgan para acceder a crédito a un click de distancia les permitió ganar lugar en la coyuntura de crisis de ingresos y retiro del Estado. Además de los números ello se evidencia en diferentes testimonios de jóvenes trabajadores, estudiantes, y profesionales que contaron a este medio por qué se ven en la necesidad de tomar deuda, para qué gastos y los motivos que ubican a las plataformas virtuales entre las principales opciones de endeudamiento. 

Tengo trabajo, pero estoy contratado como monotributista. Me veo en la necesidad de usar Mercado Crédito –es lo que más uso- y también tengo tarjetas de crédito ancladas a Mercado Pago, porque efectivamente lo que gano no me alcanza, y así voy pateando gastos para el otro mes, como la comida”, contó Gonzalo de 23 años a El Destape. El joven dijo que en el día a día pasa bastante tiempo afuera de su casa y tiene que comprar almuerzos o cargar combustible para la moto que maneja. “Además si aparece algún imprevisto termino usando la tarjeta de crédito a través de esa plataforma, para tener efectivo”. Esto último es porque ofrecen la posibilidad de transferir dinero, aunque no haya saldo en la cuenta, que luego impacta en el resumen de la tarjeta más la comisión correspondiente. Sobre el impacto en sus financias cotidianas describió la situación como “un caos” porque “se acumula esa deuda, más la tarjeta, impuestos, seguro del vehículo, y se termina haciendo imposible llegar”.  

Al cierre de 2024, el 40% de las personas ya había utilizado sus ahorros familiares para cubrir gastos cotidianos. Los hogares también recurrieron a endeudarse: el 18,3% había pedido préstamos a familiares o amigos, el 15,4% a bancos o financieras, y la mitad de la población (54,3%) usó tarjetas de crédito. A su vez, el 21,5% dijo recibir transferencias destinadas a hogares de bajos ingresos, principalmente Asignación Universal por Hijo o Tarjeta Alimentar. A ello se adiciona que un 10,2% recurrió a mercaderías, ropa o alimentos provistos por instituciones (organizaciones sociales, Iglesias, etc.), según se desprende del boletín socio-laboral que elabora el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP).

El gasto en transporte es uno de las que más se incrementó en la economía familiar tras el recorte de subsidios en servicios públicos de parte del gobierno nacional, duplicando su peso en los ingresos. “A fin de mes suelo usar la sección créditos de la billetera para cargar la SUBE. Soy monotributista y me cuesta llegar a fin de mes, pese a que no vivo sola. El gasto de traslado al trabajo -una cooperativa- y a la facultad hacen que llegue muy justa por eso suelo usar las líneas de crédito virtuales, no tengo tarjetas bancarias”, compartió Giuliana, de 24 años. 

El modelo económico de la valorización financiera, sostenido no en la actividad productiva y la generación de empleo para el crecimiento y desarrollo económico de la sociedad, sino en el negocio financiero, la deuda y la fuga se instaló en nuestro país con la última dictadura cívico-militar y cada vez penetra más en el conjunto social. 

Josefina (23 años) tiene dos trabajos en los que llega a juntar unos 800.000 pesos para vivir mientras estudia. “La primera vez que usé Mercado Crédito fue para comprar ropa, como tenía descuento con transferencia lo hice desde la billetera que pasa el efectivo y después te cobra en la tarjeta de crédito, pero al final terminé pagando mucho más por el interés de comisión que me cobraron”, recordó en diálogo con este medio. “La posibilidad de usar aplicaciones sin tener que ir, por ejemplo, a un banco y abrir una cuenta, y que nos permitan desde pedir dinero hasta transferir usando la tarjeta, las vuelve accesibles sobre todo para los jóvenes que muchos trabajamos precarizados”, señaló. Sin embargo, también alertó “por lo intereses que terminás pagando” y que “se vuelve común para gastos cotidianos, hasta compré verduras en tres cuotas con interés”, graficó y recordó que entre el gasto en billetera y una tarjeta de crédito bancaria llegó a tener una deuda de casi el 40% de sus ingresos. 

El endeudamiento en estas plataformas no solo implica un alto interés por la mora, sino que otra penalidad es la reducción del límite o del “perfil de crédito” que los usuarios/deudores tienen disponible en los meses siguientes y hasta la imposibilidad de acceder a ese crédito por cierto tiempo, lo que deriva en la búsqueda de nuevos proveedores de crédito para ir saldando esas deudas. Es decir, un círculo vicioso de un negocio financiero en alza. Según la consultora Eco Go, la mora afecta al 10,4% de los créditos otorgados por billeteras virtuales y otros prestamistas no bancarios. 

De hecho, la situación afecta también a diferentes profesionales que, dada la pérdida de poder de compra de los ingresos y la creciente precarización laboral, deben recurrir en su día a día a estas plataformas. “Al trabajar sin un sueldo fijo tengo que organizarme semana a semana con lo que voy cobrando para llegar a pagar todos los gastos y si los primeros días del mes no llego a juntar todo, termino accediendo a deuda en billeteras virtuales”, contó Victoria, psicóloga de 35 años a El Destape. El pago del alquiler del consultorio donde atiende, servicios y gastos de su pequeña hija, hacen que se vea obligada a endeudarse, aunque “trato en el mes de ir saldando los pagos para que no se acumulen”. Para ella la situación actual es “desesperante”.

Paula tiene 54 años, es profesional de la comunicación con varios trabajos, aunque no registrados, y también se ve en la necesidad de recurrir a plataformas virtuales de crédito donde no necesita demostrar ingresos. “Hace poco tuve que renovar contrato de alquiler y saqué un crédito de 1,7 millones de pesos, pero con el interés voy a terminar pagando cerca de 3 millones de pesos. Es algo terrible porque quedás absorbida por la lógica de estar endeudada”, contó a este portal y remarcó que en diferentes Fintech que usa (Mercado Pago, Naranja X y Credicuotas) “las tasas son altísimas, por eso en general trato de que no sea para gastos corrientes, pero llega un momento en el que te endeudás y la única forma de comer es pagar con un microcrédito, del 1 al 20 de cada mes terminás pagando deuda”, cerró angustiada. 

Billeteras virtuales: sectores populares al límite

En los barrios populares también se siente el retiro del Estado y el incremento del endeudamiento con proveedores no financieros de crédito. El recorte del monotributo social, el congelamiento del ex Potenciar Trabajo (Volver al trabajo / Acompañamiento social) y la eliminación del “nexo” que cobraban las cuidadoras comunitarias, agravó aún más las condiciones de vida de quienes subsisten en el día a día. 

“Un problema que no nos deja dormir es el endeudamiento para comprar comida. Tenemos diferentes prestamistas, en los barrios populares al no contar con tarjeta de crédito por no tener trabajo registrado, crece la necesidad de recurrir a billeteras virtuales y a créditos informales y usureros -la mayoría ligados al narcotráfico que avanza ante el retiro del Estado- y que se devuelven cada 15 días o por semana, y si no se cumple intiman, muchas veces directamente en la puerta de cada casa”, señaló a este medio Norma Morales, secretaria adjunta del sindicato Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP).

La militante social subrayó: “Estamos en un modelo que juega con la necesidad de la gente” ya que “en el caso de las billeteras lo cierto es que es un sistema financiero muy caro, pero al que las familias terminan recurriendo cada vez más para comprar pan, pollo, polenta, azúcar, harina, fideos, pañales y medicamentos, sobre todo en estos días de frío y con las enfermedades que sufren nuestros niños”. 

En medio de la crisis de gas y de la ola polar, el gobierno de La Libertad Avanza decidió recientemente eliminar los precios de referencia de las garrafas ya que “los precios libres son la mejor brújula para un mercado sano”, según publicó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger en su cuenta de X. “Esto es una crueldad, los vecinos de los barrios populares hoy estamos pagando el gas envasado de 10kg a $25.000 y dura aproximado dos semanas, con esta nueva definición va ser imposible seguir comprando el tubo de gas”, alertó Morales y recordó un sinnúmero de problemas estructurales que no encuentran respuesta estatal como “los reiterados cortes de luz, las tremendas inundaciones provocadas por las lluvias sin respuesta para las graves condiciones de los vecinos, la eliminación del proyecto de integración socio urbana, y el recorte en la asistencia a comedores comunitarios”.

Según un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) el gobierno asiste sólo a 4.231 comedores, cuando debería asistir a 9.800 espacios inscriptos en el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil (RENACOM). Con menos recursos que antes, en los barrios intentan responder a las necesidades que crecen día a día.

Se agrega la situación particular de las personas mayores que deben elegir entre comer o medicarse. “Ya sin moratoria previsional vigente, quienes perciben la jubilación mínima más el bono necesitan otros $45.000 mensuales para cubrir una canasta básica total y no ser pobres. Ese monto es aún mayor si se consideran los nuevos costos de los medicamentos”, advirtieron desde el CELS. La cantidad de personas mayores que tienen los medicamentos cubiertos por PAMI bajó de 4,6 millones a 3,8 millones (-800 mil personas). Según un testimonio relevado en el último informe de La Cocina de Cuidados de dicho espacio, “han aumentado las familias que se acercan y jubilados que con las jubilaciones ya no pueden sobrevivir, con vergüenza a pedir un plato de comida”. 

Con desregulación económica, desprotección y más deuda, el negocio financiero avanza en la era Milei mientras se impone un programa de mayor ajuste que necesita tanto del endeudamiento externo como de una población que cada vez se endeude más para sobrevivir.