El Gobierno se enfrenta al dilema o genera más recesión o más inflación

Después de la mala praxis del equipo económico con la eliminación de las LEFI, Milei y Caputo enfrentan este martes una renovación de deuda por 11 billones de pesos. La decisión clave que tienen que tomar a poco más de un mes de las elecciones en PBA.

28 de julio, 2025 | 00.05

El Gobierno convocó a una licitación para renovar un vencimiento de deuda por 11,15 billones de pesos, con el mercado todavía atravesando la crisis generada por el propio equipo económico con la decisión de eliminar las Letras Fiscales de Liquidez y el Banco Central que vuelve a aplicar las medidas tradicionales de administración de liquidez, que el presidente Javier Milei consideraba responsables de la inflación. Tiene que decidir si convalida la suba de tasas y profundiza la recesión que marcan los indicadores económicos o libera más pesos a la economía que presionan al dólar y fogonean la inflación, justo en el mes que impacta en los comicios legislativos.

La tasa de caución a un día cerró el viernes en 31%, todavía muy por superior a la que operaba el mercado, entre 20% y 25%, antes del descalabro que armó el equipo del ministro Luis Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili cuando intentaron forzar a los inversores a que compren las Lecap que emite el Tesoro.

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El Banco Central volvió primero a operar en pases pasivos, es decir tomando fondos para administrar la liquidez del sistema y evitar que el exceso de liquidez desplome la tasa y provoque un aumento del dólar, y después desde el viernes, también se posicionó en la ventanilla de los pases activos, para suministrar ahora liquidez a los bancos y frenar la escalada de la tasa de interés.

Milei intentó culpar a la vicepresidenta Victoria Villarruel y a los gobernadores que impulsaron la aprobación en el Senado de leyes que afectarían el resultado fiscal, pero lo cierto es que la corrida la provocó él mismo con su posición de no acumular reservas en el Banco Central, lo que obligó al equipo económico a comprar reservas a través del Tesoro, para lo que quiso apropiarse de los pesos invertidos en las Lefis.

Desde que el equipo económico decidió dejar de ofrecer Letras Fiscales de Liquidez, las tasas de interés primero se desplomaron a terreno negativo por el exceso de pesos que había en la economía, y después se dispararon hasta superar el cien por ciento de tasa nominal anual cuando el mercado usó el mercado de cauciones para administrar la liquidez.

Este martes será la primera licitación de deuda convocada por la Secretaría de Finanzas para renovar vencimiento y debería servir para definir la tasa de interés que el Gobierno está dispuesto a convalidar para estabilizar los mercados cambiario y monetario.

Exigente cronograma de renovación de deuda

Lo hace también después del respaldo del Fondo Monetario Internacional, que el viernes aprobó la primera revisión del acuerdo que habilita un desembolso de 2.000 millones de dólares que seguramente se habilitará esta semana, después de la ratificación del Directorio del organismo.

También después de tomar la decisión de bajar las retenciones al sector agropecuario, con un impacto fiscal todavía difícil de mensurar porque el campo se mantuvo sin liquidar a lo largo de julio. 

Es probable que la baja de retenciones impulse la liquidación, lo que mejoraría la oferta de divisas y del resultado fiscal, aunque los exportadores adelantaron operaciones con la baja de retenciones que rigió hasta fin de junio sin disponer del grano por lo que el efecto no se sentirá en estos meses.

El dilema

La licitación marcará una definición: si convalida una tasa acorde a la que opera el mercado, que duplica la inflación mensual de junio, será una señal de que el equipo económico prefiere profundizar la recesión económica y la pérdida de ingresos de los trabajadores como ancla para mantener el proceso de reducción de la inflación.

Si busca una reducción de la tasa de interés, seguramente quedarán más pesos en el mercado, los que volverán a presionar sobre el dólar como en las últimas semanas, que obligó al Banco Central a intervenir en el mercado de futuros como forma de frenar la escalada del precio.

El programa económico puso a la desinflación por encima de cualquier otro objetivo y el control sobre el tipo de cambio y los salarios fueron los instrumentos a los que recurrió. Permitir una disparada del dólar en las próximas semanas tendría un impacto en los precios de agosto y septiembre, los meses que tendrán incidencia sobre el comportamiento de los votantes en octubre, cuando se lleve adelante las elecciones legislativas de medio término donde el Gobierno busca un piso electoral superior a 40%, como señal para llevar adelante sus reformas pro capitalismo.

En mayo, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró una suba de 5% en la comparación interanual contra el muy bajo registro de 2024, y una caída de 0,1% respecto a abril en la medición desestacionalizada, según informó INDEC.

Según la consultora Equilibria, en junio “el EMAE se mantuvo estable en términos desestacionalizado por segundo mes consecutivo (en mayo cayó sólo 0,1%)” y excluyendo el sector agropecuario en su medición sin estacionalidad se estancó frente a mayo.

La consultora estimó una recuperación de 6,2% en el primer semestre del año en comparación con el piso de la recesión registrado en la primera mitad del año pasado pero también prevé “para 2025 una expansión del PIB rondando 4,5% por el freno de la actividad en el segundo semestre”.