La informalidad toca picos preocupantes y se proyecta más destrucción del empleo registrado

El fenómeno de la informalidad crece a casi el 70% entre la población joven, muy por encima del promedio de América Latina. Hacia adelante, se espera que el empleo registrado se siga contrayendo. La cultura del rebusque en medio de la crisis.

18 de abril, 2025 | 00.05

Esta semana se dieron a conocer dos datos brutales para el andar del mercado de trabajo: el crecimiento de la informalidad y la destrucción de empleo en el sector registrado. En la población joven, el fenómeno de ausencia de derechos laborales crece a un pico del 70%. Pero además, hacia adelante, se proyecta una aceleración de la pérdida de puestos de trabajo formales.

La informalidad laboral alcanzó al 42% de la población ocupada en los 31 principales aglomerados urbanos del país, en el cuarto trimestre de 2024, según el último informe del Indec elaborado a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Esto significa que alrededor de 9 millones de personas trabajan sin acceso a derechos básicos como aportes jubilatorios, cobertura de salud o licencias laborales.

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Sin embargo, de acuerdo al último Boletín de coyuntura laboral de la OIT y CEPAL, la informalidad laboral entre las juventudes alcanza niveles mucho más elevados. Más del 65% de los varones jóvenes y más del 71% de las mujeres jóvenes trabajan en condiciones informales.

“La informalidad laboral es un problema estructural en el país, pero cuando miramos a los jóvenes, el panorama es aún más preocupante”, señaló Bárbara Perrot, especialista en empleo y desarrollo productivo de la OIT Argentina. Esta problemática "no solo los deja fuera de los sistemas de protección social, sino que también limita sus oportunidades de crecimiento profesional y personal”, agregó.

Entre los varones jóvenes, la inserción laboral se da mayormente en comercio, construcción e industria. En el caso de las mujeres, los sectores predominantes son comercio, administración pública, enseñanza y trabajo en casas particulares. “Son especialmente preocupantes los sectores de la construcción y del trabajo doméstico, donde la informalidad alcanza el 77% y el 78%, respectivamente”, indicó Perrot.

Históricamente, Argentina se jactaba de ofrecer una estructura laboral mucho más virtuosa que el resto de los países de la región, pero la taba parece haberse dado vuelta. La tasa promedio de informalidad juvenil en América Latina y el Caribe es del 54,4%. Así, la mitad de las personas ocupadas en la región no tienen acceso a un trabajo decente en la economía formal. En Argentina, usando el mismo rango etario (15 a 24 años), la cifra se eleva al 68%.

El estancamiento económico de la última década en materia productiva -con obvios matices en el camino- aceleró las modalidades alternativas del empleo a través del monotributo y el cuentapropismo, en detrimento del laburo "en blanco".

Pero el fenómeno no solo se explica por el lapsus de crecimiento industrial o la falta de creación de puestos de trabajo de calidad en otras áreas. La época marca un tiempo de construcción personal que se materializa en el emprendedurismo, un método a través del cual la sociedad se realiza por su cuenta y ajena a la construcción colectiva. Cada uno es su propio jefe, maneja sus tiempos y fija su desempeño laboral de acuerdo a sus propias expectativas. 

El análisis del Indec reveló que el 21,6% de las personas con empleo informal se desempeña en unidades económicas del sector informal (es decir, no registradas oficialmente), mientras que un 11,8% lo hace incluso en el sector formal, lo que evidencia prácticas irregulares dentro de empresas formalizadas. Un 4,8% trabaja en hogares como personal doméstico sin estar registrado.

El Gobierno destruirá más puestos de trabajo

En enero se perdieron 8.842 puestos de trabajo registrados en el sector privado respecto a diciembre, según los últimos datos referidos por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). De esta manera, se interrumpió así el leve crecimiento que venía registrándose desde agosto.

Con esta nueva caída, desde la asunción de Javier Milei, se perdieron en total 173.524 puestos de trabajo asalariados registrados. Un total de 124.010 corresponden al sector privado y 49.514 al ámbito público. En enero, a nivel jurisdicciones, 14 perdieron empleo y 10 crearon. La Ciudad de Buenos Aires (-5.302) y Salta (-999) fueron las más perjudicadas, mientras que Catamarca (+2.451) y San Juan (+736) las más beneficiadas.

El director del Programa de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (Cedyt) de la UNSAM, Matías Maito, proyecta que la leve caída se va a mantener en los próximos meses. A este escenario se le suma el reciente salto inflacionario, que va a representar más obstáculos para la recuperación de la actividad y el empleo.

De acuerdo a lo estimado, el empleo asalariado registrado en el sector privado se contraería un 0,05% en febrero, un 0,02% en marzo y un 0,04% en abril. El dato se explica porque si bien la construcción dejó de derrumbarse, muestra un comportamiento errático, mientras que la industria sigue perdiendo empleo y representa el actor principal del entramado productivo.

Si siguen estancadas las actividades que más puestos generan, el panorama no luce alentador. La explicación está en el patrón sectorial de la evolución del empleo y la protección que ofrece el Gobierno a la fase primarizada de la economía:

  • Los tres sectores que más crecieron (agricultura, minería y pesca) solo explican 7% del empleo formal privado.
  • Los res que más cayeron (construcción, industria y comercio) concentran 45% del empleo.

Por último, en cuanto a los salarios, desde el Cedyt señalaron que "llegaron a un techo a fines de 2024 y en 2025 volvieron a caer", debido a que "los aumentos negociados en paritarias durante enero y febrero se encontraron por debajo de la inflación". Así, el país se encamina a unas elecciones legislativas sin cepo, sin mayor empleo, sin mayor salario y con menos derechos laborales.