El mercado le pegó un duro cachetazo a las intenciones del equipo económico de renovar el vencimiento de deuda y desde el lunes el Tesoro tendrá que monetizar 6 billones de pesos que se esperan ejerzan una presión extra sobre la cotización del dólar, que pese a las intervenciones del Banco Central apenas bajó de los máximos que alcanzó hace una semana.
El Gobierno necesitaba este miércoles renovar un vencimiento de deuda de unos 15 billones de pesos. Para seducir al mercado, el Banco Central habilitó una ventanilla especial de liquidez a costo cero para los bancos y el Tesoro se comprometió a aceptar una suba de la tasa, que ya más que duplica a la inflación. Ahora, tendrá que enfrentar las próximas semanas la presión extra sobre el dólar, que volverá a activar las alarmas de inflación, en un contexto en el que la economía profundizará la recesión y los trabajadores continuarán con la pérdida de ingresos, como reflejó la estadística del Indec de mayo y se espera que se repita en el segundo semestre.
El resultado de la licitación de este miércoles, con tasas que rondan el 4,48% de Tasa Efectiva Mensual o el equivalente 69,20% de Tasa Interna de Retorno, se trasladará al costo del descubierto en cuenta corriente que usan para financiarse las empresas y a cualquier línea destinada a financiar al sector privado. También se transmite a los consumidores, que verán incrementar el costo de las líneas de crédito personales y en especial de la tasa de interés para el financiamiento de los saldos impagos de los resúmenes de las tarjetas de crédito.
Mientras el costo de la crisis de la deuda pública en pesos se traslada a la actividad productiva y las personas (con menor capacidad de consumo por mayor peso de los intereses de las deudas), el Banco Central sigue “regalando” contratos baratos de dólar futuro con la sola intención de mantener barato el dólar oficial hasta las elecciones legislativas.
Aún así, la inflación mostró síntomas de aceleración y consultoras como EcoGo relevaron que en las dos semanas de agosto está más alta que las dos de julio, con lo cual se prevé que la inflación va a seguir alta desafiando una de las máximas del presidente Javier Milei, cuando escribió hace unos días una columna publicada en el sitio oficial del BCRA negando el traslado a precios de la devaluación, conocido como passthrough.
Los ingresos de los trabajadores y en general del conjunto de la sociedad es el único ancla antiinflacionario que le queda al Gobierno, ya que la suba del dólar de las últimas semanas demostró que tiene un rápido traslado a precios y que la intervención para frenarlo que hace el BCRA sólo se puede sostener hasta las elecciones.
El resultado de la última licitación
Este miércoles, el Gobierno buscó renovar deuda por 14,97 billones de pesos y solo logró hacerlo por el 61,07%, es decir $9,147 billones. La diferencia la deberá cubrir con la monetización, es decir emisión, de los ahorros que el Tesoro tiene en el Banco Central, estimados en unos 15 billones de pesos.
Los principales compradores de la deuda fueron los bancos públicos nacionales, como el Banco Nación, y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, por lo que el mercado estima que fue muy baja la participación del sector privado, tanto de las entidades financieras como de los Fondos Común de Inversión y de las empresas y ahorristas.
Para seducir al mercado, el Banco Central habilitó horas antes una nueva línea que permitía a los bancos acceder a liquidez contra los títulos públicos que adquirieran con una extensión superior a los 60 días. La intención era garantizar liquidez barata a bancos en apuro para que compren la deuda del Tesoro. Fue tan grande el incentivo que prometió el BCRA que el banco de inversión CMF de cercanía ideológica al equipo económico evaluó que “la medida apunta a ponerle freno a los aumentos tan bruscos en las tasas overnight, aunque también agrega un gran incentivo a que los bancos participen en la licitación de hoy demandando instrumentos de más de dos meses de plazo, lo que podrá mejorar el rollover de los vencimientos, que ascienden a $15 billones”.
No hay incentivo que acepte el mercado para frenar la dolarización, que sigue siendo el refugio elegido para esperar el resultados de las elecciones, en una campaña donde las primeras encuestas no están reflejando la fortaleza del oficialismo libertario y que puede todavía complicarse más si el 7 de septiembre pierde en las legislativas provinciales bonaerense, lo que pondrá al peronismo de nuevo en carrera.