El Producto Bruto Interno (PBI) de España cerró 2022 con una expansión del 5,5%, tras avanzar 0,2% en el último trimestre del año, superando las expectativas y pese a la inflación y un contexto internacional adverso signado por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Durante el cuarto trimestre de 2022 la economía española creció 0,2%, el mismo número del tercer trimestre, de acuerdo con los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esto no sólo superó el 0,1% estimado por los economistas sino que permitió cerrar el año con un avance acumulado del 5,5%, el mismo que España logró durante 2021.
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El avance anual superó todas las expectativas oficiales, tanto de las previsiones del Gobierno (4,4%) como las del Banco de España (4,6%).
Uno de los grandes motorizadores fue el consumo, además de un sector turístico pilar de la economía española- que siguió recuperándose tras dos años afectado por la restricciones de la pandemia del Coronavirus, según las agencias de noticias DPA, AFP y Bloomberg.
Pese a los datos positivos, España aún no logró recuperar todo lo perdido en 2020, año en que cayó un histórico 11,3%.
"Frente a los profetas del apocalipsis, hoy tenemos un fuerte crecimiento económico, la inflación más baja de Europa y récord de empleo", celebró en su cuenta de Twitter el presidente español, Pedro Sánchez.
Según el mandatario, los datos de hoy confirman la solidez y resiliencia de la economía española:
Los buenos resultados en la economía le servirán a Sánchez como plataforma en un 2023 electoral, en el cual el socialismo (PSOE) se tendrá que enfrentar a la centroderecha encarnada por el Partido Popular (PP), el cual actualmente se sitúa en ventaja en las encuestas.
Teniendo en cuenta la situación actual, España tuvo muy buenos resultados, sobre todo si se la compara con las otras grandes economías europeas, afirmó Rafael Pampillon, profesor de economía en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.
Los buenos datos de la actividad también se reflejan en la baja del desempleo que cayó hasta el 12,87% de la población activa, con un incremento de 1,6 millones de empleos con contrato indefinido.
Esto último se vio impulsado por la reforma laboral que entró en vigencia al iniciar 2022 y que busca acabar con el abuso de los contratos temporales, una de las problemáticas del mercado laboral español.
Por otro lado, el consumo resistió el embate de la inflación, la cual tras un pico de 10,8% en julio logró descender en diciembre al 5,7%, la cifra más baja de la Eurozona.
El descenso en el índice inflacionario se vio impulsado, por un lado, por el establecimiento de una excepción ibérica por la Unión Europea a España y Portugal debido a su falta de conexión con el resto de Europa, lo que que les permitió salir del sistema tarifario europeo en la electricidad.
Pero, por otro lado, la inflación también se vio reducida por las medidas del gobierno de Sánchez para colocarle un tope a los precios de la nafta y los alquileres, lo cual, según Pampillón, han permitido sostener la actividad".
De cara a este año, el panorama es más complicado.
La segunda mitad de 2022 fue de bajo crecimiento, una tendencia que, según el Banco de España, se mantendrá en la primera parte de 2023.
En tanto, las medidas destinadas a sostener el poder adquisitivo pesaron sobre las finanzas, en un país cuya deuda asciende al 116% del PBI.
Los números (del PBI) son positivos porque confirman que España evitó una recesión pero algunos de los detalles no son muy buenos. La mayoría de la mejora (en el cuarto trimestre) viene de una caída de las importaciones, que no es un buen signo, y hubo un descenso en el consumo de 1,8% trimestral, analizó Ángel Talavera, jefe de economía europea en Oxford Economics.
Sin embargo, el Gobierno es optimista y espera un crecimiento de la economía de 2,1%, más de lo que estiman organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que prevé un 1,1%, dato que, de todas formas, lo colocaría con un mejor desempeño que las estimaciones de potencias europeas como Alemania o Francia.
Con información de Télam