La guerra comercial de Donald Trump, pese a su impacto negativo en Argentina, también puede abrir oportunidades: la cadena de la soja considera que instala la chance de exportar más producción de la oleaginosa a China, pero al mismo tiempo reclama que sea con más valor agregado. Mientras, las negociaciones oficiales por este punto todavía no avanzan y Brasil ya tomó la delantera.
Los funcionarios del Ministerio de Economía y de la Cancillería se encuentran en tratativas para que Estados Unidos retrotraiga los aranceles del 10% impuestos al país. Su permanencia no solo perjudicará la balanza comercial bilateral. Tampoco es descabellado pensar que pueda tener un impacto negativo en la inflación, ya que el segundo producto más exportado a suelo estadounidense es la carne bovina, seguido por varios bienes de economías regionales también populares en las mesas argentinas.
Sin embargo, el país puede verse indirectamente beneficiado de rebote por la guerra comercial iniciada por Trump, que tiene como principal contendiente a China. Por ahora, los aranceles impuestos por Estados Unidos a Beijing son de un exagerado y ridículo 245%. Como respuesta, el régimen de Xi Jinping impuso aranceles del 125% a los bienes norteamericanos, lo suficiente como para que "ya no ingrese ningún producto" de ese origen, aclararon funcionarios chinos.
Lo que ocurre es que la soja es (o era) precisamente el producto más exportado de Estados Unidos a China. En 2024 estuvo al tope del ránking, al representar un 9% de las exportaciones norteamericanas totales al país asiático por casi 13.000 millones de dólares.
¿Más exportaciones de soja a China por la guerra comercial?
En este contexto, la cadena de la soja argentina se ilusiona con la posibilidad de sustituir las exportaciones norteamericanas a China, aunque advierte sobre la necesidad de que sea con valor agregado y reconoce que es difícil que eso ocurra. Además, alertan que, a priori, el gran beneficiado será Brasil.
"Sin dudas los chinos posiblemente deban reemplazar la soja que compraban en Estados Unidos y lo harán de Sudamérica. Se supone gran parte del flujo lo compraran de Brasil y otra parte un poco menor desde Argentina", señaló a El Destape un importante representante del sector sojero.
Al respecto, destacó que las oportunidades argentinas se acrecientan debido a que Paraguay se encuentra fuera del mercado chino porque, al reconocer a Taiwán, no mantiene relaciones diplomáticas con Beijing.
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Aun así, la posibilidad de argentina se complica por el mayor valor agregado que tienen las exportadores sojeras del país, frente a la voluntad china de comprar el grano sin procesar. "Argentina tiene una industria de molienda con capacidad ociosa y que agrega valor a la soja y la transforma en harina, aceite, biodiésel o lecitina. Seria importante que Argentina vuelva a presionar para que los chinos, en vez de materia prima, se lleven los productos con valor agregado, sobre todo la harina. Pero sin dudas estarán mucho más agresivos", argegó el referente de la cadena de la soja.
Una fuente de primera línea del dector de las cerealeras coincidió con este panorama al remarcar que "Argentina vende poca soja porque es cara y de calidad menor que la de Estados Unidos y Brasil. El gran ganador será Brasil. Nosotros vendemos harina y aceite de soja pero los chinos son proteccionistas y quieren comprar materia prima. Veremos si ahora China abre más su mercado a productos importados procesados".
Es por eso que los productores sojeros se muestran cautelosos y prefieren esperar a ver cómo se acomoda la situación. "Es verdadera y lógica (la idea de que la guerra comercial puede abrir más exportación de soja a China), pero tendremos que esperar que esto se calme para poder tener un panorama mas claro. Hoy arriesgar un pronostico es difícil. Debemos esperar como van a jugar otros mercados", afirmó a El Destape un dirigente de la Mesa de Enlace.
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Claro que, para aprovechar la situación, las autoridades del equipo económico tendrán que resignarse a no elegir exclusivamente el bando estadounidense en la guerra comercial y apostar a mejorar comercialmente el vínculo con China.
Por ahora, esa posibilidad está "verde". Fuentes de la Secretaría de Agricultura señalaron a este medio que el abordaje de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en el sector agrario "viene para largo" y que la situación todavía es "muy incipiente" como para conocer sus posibles efectos y oportunidades. "Estamos charlando con los socios con los que tenemos acuerdos comerciales", se limitaron a agregar, sin dar más detalles.
Por lo pronto, Brasil ya tomó la delantera. China cerró con el país vecino una inusual compra gigantesca de 2,4 millones de toneladas para el próximo trimestre.